El 45% de los casos de feminicidio y tentativa de feminicidio registrados en el Perú entre los meses de enero y agosto últimos, fue motivado aparentemente por los celos del agresor, según estadísticas del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP).
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La segunda causa aparente que lleva a un hombre a perpetrar ese delito es la decisión de su pareja de separarse, lo que no es aceptado por su agresor (20%), mientras que el rechazo o la negación a una relación también es motivo de ataque (10%).
Otra razón aducida por un importante grupo de agresores es la supuesta infidelidad de la víctima hacia ellos con un 9% de los casos.
De acuerdo con las estadísticas manejadas por el Programa Nacional contra la Violencia Familiar y Sexual del citado portafolio, el rango de edad de los agresores oscila mayormente entre los 26 y 35 años (37%) y entre los 36 a 45 años (24%).
En cuanto a la forma de ataque, el 26% de los casos se perpetra con armas blancas (cuchillos). En un segundo lugar se ubica la modalidad de los golpes (24%) y la asfixia (22%).
Los factores que agravan esos delitos son la premeditación (29%), la crueldad (24%) y las agresiones a familiares (22%).
Al respecto, Teresa Viviano, responsable del Registro de Feminicidio del MIMP, manifestó a la agencia Andina que las razones para cometer esos ataques que han argumentado los agresores son solo hipótesis y que requieren de un mayor análisis.
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Señaló que hay que tener en cuenta que muchos de ellos atribuyen su agresión a una emoción violenta, llevada por los celos o por la supuesta infidelidad, para justificar de alguna manera su reacción y conseguir una menor pena de cárcel.
Anotó que, de acuerdo a lo observado en estos años, se puede afirmar que el agresor tiene generalmente un mismo perfil, resumido en la conducta violenta y el control sobre la mujer.
‘El agresor es una persona criada dentro de una cultura machista cuyo objetivo es mantener el control sobre una mujer hasta lograr su subordinación’, recalcó.
En muchos casos, la realidad es que no siente cariño por la mujer pero no acepta que ésta lo deje porque eso significa perder el control sobre ella.
Por esa misma razón, no admiten tampoco que los desobedezcan, los contradigan o los desafíen.
Viviano agregó que generalmente la violencia familiar es más frecuente entre las parejas que conviven, ya que en esos momentos se generan más conflictos y si alguien es agresivo tratará de resolver esos conflictos rápidamente con golpes.
‘La violencia es el resultado de un problema sicológico pero también de una cultura machista. Cuando no se hace la voluntad del macho se desata la violencia’, comentó finalmente.