Un joven filipino que vive en una descarga y duerme en una tumba, ganó el Premio Internacional de la Paz para los Niños de Holanda que recompensa sus trabajos para mejorar los derechos de los niños de la calle.
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El premio, International Children’s Peace Prize, dotado de 100.000 euros, fue entregado a Cris “Kesz” Valdez, de 13 años, en una ceremonia el miércoles en La Haya.
Cris Valdez fue escogido entre tres finalistas por el trabajo de su organización no gubernamental caritativa “Championing Community Children” (comunidad de apoyo a los niños) que recolecta fondos para distribuir paquetes a los niños desfavorecidos de la ciudad de Cavite, situada a 30 km al sur de Manila.
“Es maravilloso”, declaró el premio Nobel de la Paz, Desmond Tutu, a Valdez al entregarle el premio 2012, en una breve conferencia de prensa al término de la ceremonia en La Haya.
“Mi mensaje para los niños del mundo es no perder la esperanza” y acordarse de cosas como la higiene, agregó Cris Valdez. El niño declaró a los periodistas que el premio lo ayudaría a estudiar y convertir realidad su sueño de convertirse en médico.
Con su organización, Cris Valdez distribuyó más de 5.000 paquetes con juguetes y ropa a niños desheredados, declaró la Fundación por los Derechos del Niño, organizadora del premio.
En total ayudó a unos 10 000 niños en temas de salud, higiene y derechos del niño, agregó.
En Filipinas, unos 246 000 niños de la calle son, como lo fue más joven Cris Valdez, víctimas de abusos, de violencia o sometidos al trabajo, según la Fundación.
