Estados Unidos lo advirtió. Si Siria despliega o utiliza armas químicas o biológicas, las consecuencias podrían ser ‘enormes’, dijo el lunes 20 el presidente Barack Obama.
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Con este mensaje, el presidente de Estados Unidos dio a entender que su país podría reconsiderar su negativa a intervenir militarmente en la guerra civil de Siria.
Sin embargo, los activistas sirios no creen en tal ‘amenaza’. ‘Obama no actuará’, afirma uno de ellos. ‘El país ha tenido 20 mil mártires y ciudades enteras han sido destruidas y, hasta el momento, Obama no ha hecho nada. La comunidad internacional no nos ayudará. Ellos tan solo están esperando que pase algo para repartirse luego el pastel’, dice.
Si Estados Unidos atacara Siria, sería muy probablemente con una misión muy limitada. Una invasión requeriría una resolución del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Rusia y China, miembros permanentes del Consejo, se opondrían a la intervención militar en Siria.
El lunes pasado, los observadores militares de la ONU abandonaron el país tras una misión de cuatro meses en los que fueron meros espectadores de la espiral de violencia que se vive en el país.
Obama también es reacio a involucrar a Libia en el conflicto, y dejar a Francia y Gran Bretaña hacerse con el liderazgo en Siria. Sin embargo, con el creciente número de víctimas civiles y el riesgo de una guerra civil, Obama necesita ser visto como un hombre que toma las riendas en el conflicto sirio.
Muchos activistas sirios sospechan que las palabras de Obama responden a una estrategia para su campaña electoral.
‘Él quiere ganar las elecciones del próximo 6 de noviembre’, dice el activista sirio Mohammad Ali. ‘Obama no va en serio. Simplemente le está dando a Al Assad luz verde para usar armas, salvo aquellas que son de destrucción masiva’.
