No todas las fotos oficiales resultan positivas para los líderes internacionales. Durante su visita al destacamento de Artillería que bombardeó en 2010 la isla surcoreana de Yeongpyeong, el líder norcoreano Kim Jong-Un posó con los familiares de los soldados con el objetivo de compartir su carisma con la población. Como pueden notar en la imagen, algo no cuadra.
La sonrisa del líder comunista contrasta con los rostros de las mujeres que están a punto de llorar. La imagen, que fue compartida en varias agencias de prensa, deja en duda si se trata de miedo o emoción al posar junto al hijo del recordado Kim Jong Il.