Un palestino que cumple cadena perpetua se ha convertido en el padre de un pequeño después de haber logrado sacar de su prisión, a espaldas de sus guardias israelíes, una muestra de su esperma para inseminar a su esposa, según su familia.
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El bebé Mohanad goza de buena salud, nació por cesárea el lunes en un hospital de Naplusa, en Cisjordania.
“Alabado sea Alá que nos ha acordado su gracia. Mi marido y yo misma, nuestras dos hijas y toda la familia esperábamos esto desde hacía tanto tiempo”, cuenta a la AFP Dallal Ziben, de 32 años.
Su esposo Amar, de 37 años, un militante del movimiento islamista Hamas condenado por atentados contra los israelíes, cumple 32 penas de cadena perpetua en una cárcel israelí.
Los detenidos palestinos no tienen derecho a recibir las visitas conyugales, y aunque Dallal lleva 15 años sin ver a su marido, quedó embarazada tras ser inseminada artificialmente con el esperma que Amar logró hacer salir de la cárcel de Hadarim (centro de Israel).
La mujer, madre ya de una niña Basha’er, estaba embarazada de cinco meses de la segunda, Bissan, en el momento de la detención de su marido.
“Estoy tan feliz. Es el primer momento de verdadera felicidad en nuestro hogar desde hace más de quince años”, sonríe Basha’er, hoy una adolescente de 16 años.
“Cuando mi madre nos dijo que se haría inseminar y nos traería un pequeño hermano, no podíamos creerlo. Nuestro sueño se convertía en realidad”, recuerda.