Se denomina oficialmente Z-1 y su versatilidad proviene de lo poco claro que tiene la NASA el rumbo de su papel en la exploración espacial: no saben aún con certeza si sus próximas misiones tendrán como objetivo la Luna, Marte, etc.
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No se han escatimado en gastos en el prototipo ya que este servirá para todo. Es lo que han pensado en la NASA a la hora de plantear la nueva vestimenta que llevarán los exploradores espaciales de las próximas décadas. En la actualidad el prototipo Z-1 se está probando en cámaras de vacío.
Materiales aparentemente más livianos (no por ello menos resistentes) que permitan al astronauta una mayor libertad de movimientos, especialmente en articulaciones y puntos de flexión. Con diseño especial para cintura, rodillas y demás y una capa interior especial de nylon y uretano que retiene el aire mientras que una capa de poliéster permite que el traje conserve su forma.
Una peculiaridad de este traje es que se accede al interior del mismo desde una compuerta situada en la espalda. Así es, lo que en la fotografía sobre estas líneas te puede parecer una plantilla o soporte para una mochila en realidad es una esclusa de acceso al interior del traje que además de proporcionar mayor seguridad también hace que las labores de ponerse/quitarse el traje se conviertan en entrar/salir del mismo y se puedan efectuar con mayor sencillez y rapidez.