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Como parte de esta celebración, en diversas pollerías del país hoy habrá una serie de ofertas y promociones para que el público pueda degustar este plato, reconocido en el año 2004 como ‘especialidad culinaria peruana’ por el entonces Instituto Nacional de Cultura.
Este tradicional plato de la gastronomía peruana consiste en carne de pollo eviscerada, aderezada y cocida a las brasas en un horno especial que hace girar al ave sobre su propio eje, recibiendo uniformemente el potente calor.
Si bien en pollerías y hogares se utilizan hornos que funcionan con carbón, leña o gas, el más tradicional para preparar este plato es el horno de leña.
El aderezo del pollo a la brasa incluye sal, pimienta, sillao, comino, ají panca, huacatay, entre otros ingredientes.
Usualmente esta comida se acompaña con papas fritas y ensalada de lechuga y tomate, además de una variedad de salsas y cremas que cada comensal se sirve a su gusto.
Según la Asociación Peruana de Avicultura (APA), más del 50% de peruanos que comen fuera de casa prefiere acudir a las pollerías, por encima de las cebicherías y los centros de comida rápida y los chifas (restaurantes de comida oriental).
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En su versión original, el pollo era cocido en las brasas de carbón, sazonado solo con sal y servido con papas fritas. Su consumo con las manos completaba el ritual de comer un delicioso pollo a la brasa.
Dicho plato nació hace más de 60 años y, en un principio, solo era degustado por las clases sociales más acomodadas de Lima, pero hoy en día su consumo trasciende a todos los niveles socioeconómicos del país.
En el año 2010, se instituyó el tercer domingo de julio como el Día del Pollo a la Brasa, no solo para promover su consumo en el país, sino por la preferencia e importancia que tiene este plato dentro de la demanda gastronómica de la población peruana.