“Es muy fácil de usar”, prometía el fallecido cofundador de Apple, que vestía como acostumbraba a hacerlo: remera negra y pantalón de jean. “De vez en cuando, un producto revolucionario viene y lo cambia todo”, agregó durante la convención anual Macworld.
Jobs mostró a la audiencia el esperado teléfono: el iPhone. Tenía pantalla táctil, una cámara y un solo botón de comando. Traía aplicaciones integradas, como Google Maps, reproductor de música y conexión a internet.
En su presentación proyectó una imagen que contenía los teclados del Nokia E62, Blackberry Pearl 8120, Motorola Q y Palm Treo 680. Con la selección, el cofundador de Apple los eligió como sus principales competidores a derribar.
Algunas de las características que compartían estos teléfonos eran pantalla TFT con una resolución de 320 × 240 píxeles, servicio de mensajería (SMS, mail y chat), navegador web, reproductor MP3 y Bluetooth, puerto miniUSB, manos libres integrado. Todos tenían como denominador común el teclado físico QWERTY, pero Apple llegó con la tecnología multitouch y un solo botón de comando.
El Blackberry Pearl 8210 de RIM se destacaba por ofrecer acceso a documentos (Word, Excel, Powerpoint, PDF), conectividad Wi-Fi y una cámara de 2 megapíxeles, es decir, idéntica a la del iPhone.
Por su parte, Motorola Q, con sistema operativo Windows Mobile 5.0 de Microsoft, también permitía abrir documentos y a través del Outlook Mobile facilitaba un buzón de entrada, con contactos y agenda.
El iPhone no sólo competía en cuanto a funcionalidades y servicios, sino que también intentaba marcar un estilo propio de diseño y llegar al público masivo.
Al poco tiempo, el dispositivo innovador con un esquema simple se convirtió en un objeto de deseo.
El smartphone de la empresa de la manzanita salió a la venta en un mercado de móviles en el que ya jugaban grandes marcas del sector.
Era el caso de compañías como HTC con su Touch Cruise, Touch Dual y el S630 Cavalier, mientras que LG se resaltaba con sus móviles Chocolate (KE800), Shine y Prada (KE850).
En tanto, Nokia le competía con aparatos como el N95, Nokia 5310 y 5610 XpressMusic. También estaba Motorola con sus modelos RAZR V3A y RAZR2 V8.
Por su parte, Samsung comercializaba el móvil SGH-G600, que contaba con una pantalla pequeña, control deslizante, reproductor multimedia y cámara de 5 megapíxeles. En tanto, Sony competía con K810i, móvil con cámara de 3 megapíxeles y autofoco y xenon flash.