Por Pierre Gutiérrez
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El empresario mexicano Carlos Slim, el hombre más rico del mundo según la revista Forbes, brindó recientemente algunas recetas para incentivar el empleo.
Entre ellas, el dueño de Claro planteó que las jornadas laborales sean solo de 3 días a la semana, en turnos de 10 a 11 horas. ‘De esta forma, los empleados tendrán libres otros 4 días y podrán dedicarlos a innovar y a crear’, sostuvo en la sede europea de las Naciones Unidas, en Ginebra, Suiza. También propuso establecer la edad de jubilación en 70 años.
Al respecto, el periodista y caricaturista peruano Carlos Tovar (‘Carlín’), quien en su libro Manifiesto del siglo XXI propone reducir la jornada laboral a 4 horas diarias, señala que la propuesta de Slim es inadecuada y poco aplicable a nuestra realidad.
‘La propuesta de Slim es engañosa, ya que no propone ninguna reducción del trabajo, sino la prolongación del mismo debido a la elevación de la edad de jubilación’, comenta Tovar.
‘La mejor propuesta es trabajar 4 horas diarias. De esta forma, se generarían más turnos de trabajo y todos podrían tener empleo. Además, en los últimos 30 años, nosotros hemos duplicado nuestra productividad, lo que nos debería permitir trabajar menos y poder hacer uso de nuestro tiempo libre’, afirma.
Para Raúl Saco, especialista en Derecho Laboral de la Universidad Católica, la propuesta de Slim es interesante y sí podría ser aplicable en el Perú. Sin embargo, indica que hay algunos inconvenientes.
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‘La propuesta de Slim podría ser interesante como política de empleo en la medida que las potenciales horas libres de un trabajador se convierten en horas de trabajo para otro. No obstante, tendríamos que considerar qué hacemos con las personas que ya cuentan con un empleo de 8 horas diarias. Si yo les digo, van a trabajar 10 horas, 3 días por semana, le estoy rebajando la jornada laboral de 40 horas semanales a 30, y si yo quiero aplicar a esa medida se ejecutaría una reducción del salario. En ese sentido, la medida sería inaplicable. Sin embargo, podría llegarse a un acuerdo entre el empleador y el trabajador para evitar un impacto en sus ingresos’, dice Saco.
El especialista indica que la medida podría tener efectos secundarios que no pueden escapar de nuestra atención, si queremos aplicar las ideas de Slim.
‘Podría haber un impacto colateral. ¿A qué se van a dedicar los trabajadores en esas horas libres? Vamos a tener más taxistas y choferes de combi. Además, no tenemos espacios sociales de esparcimiento. Esparcimiento no es ir a un centro comercial a gastar’, finaliza.