Un niño con problemas de concentración, al que le cuesta respetar su turno en una conversación, que es impulsivo y que nunca se está quieto, puede padecer de Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH), condición que aqueja entre el 5 y 10% de niños en edad escolar.
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‘Hace años, se decía que los chicos así tenían ‘daño cerebral’, pero desde 1984 su nombre científico reconocido es TDAH’, dijo a Publimetro la doctora Beatriz Duda, presidenta de la Asociación Peruana de Déficit de Atención.
El TDAH es genético, pero el entorno puede ayudar a que sus síntomas sean manejados. Según los especialistas, una familia estructurada es indispensable. El colegio puede ser un agente en la inserción social de los niños con TDAH, reconociendo sus habilidades y respetando sus diferencias.
El tratamiento para el TDAH también puede implicar el uso de medicinas (el Ritalín es una de ellas), y ser muy costoso, dependiendo de lo dicho por el médico, pues puede requerirse varias dosis diarias.
‘Por ello, se requiere de políticas públicas de atención a estas necesidades en los centros de salud y en los colegios, para que no marginen a los niños con TDAH porque se distrajeron o porque un papel se les cayó’, dice Duda.
