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“Esos libritos con dibujitos”

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Verónica Klingenberger, @vklingenberger

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Conocí a Daniel Clowes gracias al artículo que publicó Jaime Rodríguez en la revista DedoMedio hace unos cuatro años. Recuerdo una frase que despertó mi curiosidad más aún que los dibujos que la ilustraban, dibujos del propio Clowes que mostraban a personajes marginales en suburbios americanos llenos de color (me parece que eran viñetas sacadas de dos de sus mejores libros: Ice Haven y GhostWorld). La frase decía algo así como que Daniel Clowes era el David Lynch de los cómics. No me encantan las películas de Lynch, pero la curiosidad me hizo encargar un par de sus novelas gráficas y quedé enganchada con un género literario que hasta entonces ignoraba por completo.

Hace unos años, leer cómics era un pasatiempo adolescente cuya máxima ambición era pasarla bien. El arte, la literatura eran otro tipo de distracción, bastante más aburrida o complicada para la ya compleja mente de un adolescente. O eras un nerd con alguna patología coleccionista o simplemente sobrevivías a un resfriado acompañado por Lulú o Spiderman. Daba igual. Todo acabaría en un basurero lleno de pañuelos con mocos y cajas de pastillas. Hoy, ese acercamiento a los cómics ha cambiado en ciertos círculos gracias a artistas como Clowes. De hecho, dos de sus novelas gráficas (así les decimos ahora) se convirtieron en películas de Hollywood.

Pero hace unas semanas sus dibujos llegaron por primera vez a un círculo acaso más selecto. Las paredes del Museo de Oakland en California se empapelaron con viñetas suyas gracias a la curadora Susan Miller. Lo divertido es que para el propio Clowes el reconocimiento no deja de ser un tanto ‘vergonzoso’.

¿Hay arte menor? ¿Cuándo un libro o un dibujo se convierten en una obra maestra? Complicado decirlo. Una exhibición en un museo no cambia mucho, pero pone algunas cosas en su sitio frente a un público prejuicioso. Y me alegro de que esa gente descubra a Daniel Clowes así como yo lo descubrí en una revista. Y también espero que lo lea (venden algunos de sus libros traducidos en Lima) porque lo que mejor hace Clowes es crear personajes. Tipos marginales y adolescentes neuróticas extremadamente críticas que son un espejo de adultos como tú, o yo, algo entristecidos por tener que haber crecido y seguir haciéndolo a nuestro pesar. Leer cómics también puede ser cosa de grandes.

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