La pequeña Heidi Hankins aprendió a leer de forma autodidacta a los 2 años. Empezó a escribir y dibujar poco después, y a los 4 años, sus sorprendidos padres le hicieron dar el test Mensa de coeficiente intelectual. Sacó 159, solo un punto debajo de los científicos Stephen Hawking y Albert Einstein.
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El orgulloso padre, Matthew Hankins, dijo a Publimetro que fue el trabajo artístico de Heidi lo que lo convenció de acercarse a la sociedad mundial de líderes intelectuales, Mensa. ‘Su dibujo es notable, tiene talento y creatividad’. Hankins dice que su hija tiene tanto talento que no tiene idea de qué profesión podría seguir.
La única calificación para unirse a Mensa es tener un coeficiente intelectual (CI) por encima de 148, y el rango de edad de sus miembros va desde los 2 hasta 103 años. ‘Mensa está creado para no excluir a las personas’, dice la vocera de Mensa Reino Unido, Rebecca Goodman, a Publimetro. ‘Heidi tendrá acceso a todo tipo de actividades y reuniones’.
Los críticos de Mensa argumentan que el test de CI es un método anticuado y no evalúa completamente la inteligencia, pero Goodman insiste en que se actualiza constantemente.
La Dra. Joan Freeman, autora del libro Vidas Dotadas y una destacada psicóloga británica en el tema de niños superdotados, dijo a Publimetro que debería hacerse más para maximizar el potencial de estos niños.
‘Mensa no hace mucho: solo da (a los niños) un espacio y hace que los padres se sientan bien consigo mismos. El problema es encontrar educación que sea apropiada para ese 1% superior, quienes están escandalosamente abandonados. Heidi no es tan inusual’, indicó.
Freeman también rechaza el ‘mito’ de que los niños prodigios sufren de aislamiento y problemas emocionales. ‘No existe investigación que muestre la falta de madurez emocional’, dice.