Ha sabido convertir una tragedia en una posibilidad… una ventaja. Van Grass, veterano de guerra sudafricano, no ha abandonado su sueño más alto: escalar el Monte Everest. El impetuoso ex soldado ha diseñado una especie de pico para escalar que forma parte de su prótesis. Esta le permite no solo no dejar libre lo que queda de su miembro superior, sino que ha conseguido hacer de esta prótesis un arma muy útil para enfrentarse a las escarpadas paredes frontales de la montaña más alta del mundo.
Este ingenioso aditamento también tiene un elemento de calefacción alimentado por baterías. Van Grass estará acompañado por otros cinco veteranos heridos que, si tienen el mismo coraje que él, el Everest no tendrá ninguna chance de ‘vencer’.
