Los habitantes de la pequeña localidad de Rasquera, al sur de Barcelona (noreste), decidieron este martes en un polémico referéndum permitir una plantación de marihuana en un terreno municipal, alquilado por el ayuntamiento que espera así contribuir a aumentar la arcas del pueblo para aliviar la crisis que afecta al país.
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Al final, 308 habitantes de los 804 ciudadanos empadronados en esta pequeña localidad, de algo más de 900 habitantes, dijeron “sí” al proyecto, es decir, un 56,3% de los votantes, por 43,7% que votaron “no”, un 43,7%.
Este resultado, sin embargo, está lejos del objetivo del 75% de votos afirmativo que se había fijado el gobierno municipal, que incluso amenazó con dimitir si no lo lograba.
El alcalde de la localidad, Bernat Pellisa, aseguró no obstante que era una “irresponsabilidad” pronunciarse sobre su continuidad y la de su equipo poco después del anuncio del resultado de la consulta.
Los habitantes de Rasquera, localidad fundamentalmente agrícola, debían responder a la pregunta: “¿Estáis de acuerdo con el plan anticrisis aprobado por el Ayuntamiento de Rasquera en sesión plenaria del 29 de febrero?”, propuesto por el consistorio, que encabeza el alcalde Bernat Pellisa, de la formación independentista catalana Esquerra Republicana de Catalunya (ERC).
El proyecto “anticrisis” consiste en el alquiler de terrenos municipales de Rasquera para la plantación de cannabis destinado al consumo privado de los socios de la Asociación Barcelonesa Canábica de Autoconsumo (ABCDA).
Según cálculos del ayuntamiento, la plantación supondrá para la población local hasta 1,3 millon de euros en dos años.