“Las personas asumen que porque tiene calorías y suele comerse como un dulce, entonces inevitablemente tiene que ser malo”, sostuvo Beatrice Golomb, directora de la investigación, que quien junto a sus colegas empleó datos de un estudio sobre fármacos para reducir el colesterol, para lo que encuestó a 1.000 adultos saludables sobre sus hábitos alimenticios, incluida la frecuencia con que comían chocolate.
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Los expertos encontraron que quienes consumían esta golosina solían quemar más calorías en general, incluso más grasas saturadas, que quienes accedían menos al delicioso ‘pecado’.
El efecto fue de entre 2,3 y 3,2 kilos de diferencia entre las personas que comían cinco porciones de chocolate por semana, comparado con quienes no consumían el dulce, declaró Golomb.