“Era malo con los pacientes y varios desconfiábamos de él”, dijo a la AFP una colega de un enfermero procesado por el asesinato de cinco hospitalizados, en un caso que conmocionó Uruguay y que involucra a otro enfermero acusado de matar a su vez a 11 pacientes.
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Los antiguos muros del Hospital Maciel, en el casco histórico de la capital uruguaya, encerraban este lunes los murmullos de médicos, enfermeros y pacientes, que intentaban asimilar que durante años convivieron con un colega que habría asesinado a cinco personas en el centro hospitalario.
El enfermero trabajaba hace unos siete años en la Unidad de Cuidados Coronarios del nosocomio público, relató una integrante del equipo de salud de ese sector médico, que pidió omitir su identidad.
“Sin dudas su conducta dejaba mucho que desear, era malo con los pacientes y la verdad es que no sólo yo, varios desconfiábamos de él”, confesó entre sollozos la mujer que agregó: “No merece llamarse humano alguien capaz de algo así”.
Quien fue identificado por el diario El Observador como Marcelo Pereira, 40 años, fue procesado en la noche del domingo con prisión junto a otro colega (Ariel Acevedo, 46, según el diario) al que se le atribuyen a su vez 11 asesinatos, pero en el sanatorio privado Asociación Española, donde también trabajaba Pereira.
Una tercera enfermera que también se desempeñaba en esta institución privada fue acusada judicialmente como cómplice.
Si bien la justicia probó que los dos enfermeros se conocían, no pudo establecer por el momento que ejecutaran a sus víctimas en forma coordinada.
“Nunca me imaginé o sospeché” sobre su accionar ya que “era de perfil muy bajo, solo saludaba”, dijo sobre Pereira una enfermera del Hospital Maciel, que también pidió preservar su identidad.
“Estamos helados”, aseguró la profesional, indicando que el supuesto asesino “llevaba las muestras al laboratorio, las dejaba en el escritorio sin muchos comentarios”.
En la Asociación Española el hermetismo era total y varios integrantes del equipo de trabajo se excusaron de no hacer comentarios sobre el caso, aunque en voz baja admitían el “nerviosismo” y “asombro” reinante.
La única que brindó algunas pistas sobre Acevedo, de 46 años y presunto autor de los 11 asesinatos ocurridos en la Unidad de Cuidados Neuroquirúgicos de la Asociación Española, fue su abogada defensora, Inés Massiotti.
Massiotti relató conmocionada a periodistas que conoce a su cliente desde hace 20 años.
“Fue una persona que dedicó su vida a progresar, que fue abusada sexualmente, que viene desde el interior, que trató de superarse, ha estudiado”, aseguró.
La profesional agregó que su cliente “es consciente de sus actos, confesó plenamente ante el juez, el fiscal (…) que lo hizo por móviles de piedad”, un motivo que es descartado por los investigadores.