La página señala que para fabricar un secador eléctrico se utiliza bastante energía y estos, además, utilizan electricidad para funcionar. La fabricación de toallas de papel también requiere electricidad, además de agua y sustancias químicas. Por otro lado, estas toallas necesitan llevarse a los sitios donde se usan y retirarlas después. Esto implica el consumo de combustibles fósiles. A esto se le suma que hay que tirarlas en un basurero.
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La mayoría de los estudios señalan que la huella de carbón de un secador eléctrico es menor, por una diferencia de entre el 5% y el 20%. Sin embargo casi todos los estudios fueron financiados por los fabricantes de estos aparatos.
Por lo general comparan 30 segundos de un secador con dos toallas de papel. Pero, un estudio de la Universidad de Westminster, en Inglaterra, descubrió que para secarnos las manos, necesitamos 47 segundos. Por tanto, si tomamos en cuenta este dato y lo comparamos con toallas de papel reciclable, los dos métodos tienen una huella de carbón muy similar.
Con información de BBC Mundo