El sacerdote católico Kevin McAuliffe fue condenado a dos y tres años en la cárcel por derrochar los fondos de su parroquia para aportar en los grandes casinos de Las Vegas.
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Como detalla BBC Mundo, el monseñor estaba acusado de llevarse US$ 650,000 de su congregación para gastarlo en los casinos de la ciudad.
Según la defensa, pidió libertad condicional para continuar con sus labores sacerdotales y recibir terapias contra su ludopatía, pero el juez no aceptó la petición.