El cartel (que muestra a la virgen mirando un test de embarazo positivo) fue instalado en el frontis de la iglesia anglicana San Mateo en Auckland, Nueva Zelanda, con el fin de darle un sentido de ‘realidad’ a la época navideña.
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‘Es real. La Navidad es real. Es sobre un embarazo real, ansiedad, valor y esperanza’, aseguró el vicario Glynn Cardy al diario británico Daily Mail.
‘Descontando cualquier premonición, ese descubrimiento debe haber sido shockeante. María estaba soltera, era muy joven y pobre’, agregó.
De acuerdo al periódico The Telegraph, la indignación de los creyentes más conservadores cundió en las afueras de la iglesia.
‘¡Han cruzado la línea! María no debería ser objeto de una campaña trillada, ya sea con buenas o no tan buenas intenciones’, señaló un anónimo transeúnte.
‘¿Podría ser más ofensivo?’, espetó otro furioso crítico del cartel.
