Lima se ha convertido en uno de los principales puntos de destino y tránsito de las víctimas de trata de personas, de las cuales el 42% proviene de las regiones amazónicas y altoandinas, informó ayer la Defensoría del Pueblo.
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Eduardo Vega, titular de esta institución, señaló que nuestra capital es un punto de referencia de los tratantes por la falta de control que existe para frenar este accionar delictivo. ‘Las víctimas son traídas desde el interior para ser explotadas en la capital o derivadas hacia las zonas de frontera, especialmente hacia Ecuador. Los casos no se denuncian porque las víctimas encuentran en las autoridades solo indiferencia’, indicó el funcionario en una reunión sobre trata de personas y explotación laboral realizada en un hotel de San Isidro.
Al evento asistieron la embajadora de Estados Unidos Rose Likins, representantes de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), de la Policía Nacional del Perú y la Defensoría del Pueblo.
‘Esta es una situación dramática, triste y cruel. Tenemos que poner énfasis en la prevención’, expresó Likins.
El defensor del pueblo advirtió que también están incurriendo en delito de trata aquellas familias que traen a Lima a niñas provincianas para su servicio doméstico, pero que luego -bajo el argumento de darles casa y comida- las hacen trabajar sin pago.