En los últimos dos años, la autoridad palestina comandada por el presidente Mahmoud Abbas y el Primer Ministro Salam Fayyad, ha construido y fortalecido instituciones gubernamentales en Cisjordania para mostrar al mundo que los palestinos son capaces de manejar un Estado pacífico y funcional. El próximo 20 de setiembre, ambos solicitarán formalmente a las Naciones Unidas que reconozcan al Estado Palestino.
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Publimetro llegó a Ramala, la activa capital de Cisjordania, para una entrevista exclusiva con el Dr. Fayyad, un simpático ex economista de 59 años. La periodista de Publimetro lo visitó a fines del Ramadán, en un día caluroso. Fayyad le ofreció agua pero -siguiendo las reglas del ayuno musulmán- él no tomó ni una gota.
¿Veremos un Estado Palestino el 20 de setiembre? Muchos países ya han reconocido a Palestina, y cada vez son más. Algunos otros, incluyendo a Estados Unidos y algunos países europeos, han mejorado la representación palestina en sus capitales. Pero un Estado totalmente soberano de Palestina implica poner fin a la ocupación israelí. Ese es un elemento clave.
¿Qué espera que siga luego del voto de la ONU? Lo que buscamos es un Estado Palestino genuino, no una declaración más. Lo que nuestra gente desea y necesita con urgencia es ser capaz de vivir libre y con dignidad en un país propio. Todo lo demás son mecanismos, acciones que se llevan a cabo para acercanos al objetivo.
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Cisjordania es pacífico. Gaza, por otro lado, suele chocar con Israel. ¿No pueden construir un Estado Palestino solo en Cisjordania? No. No es posible para los palestinos tener un Estado soberano a menos que se incluya a Gaza. Esta no es una declaración política o emocional. Es una declaración analítica. El Estado Palestino debe estar formado por Gaza y Cisjordania, y debe emerger del territorio que Israel ocupó en 1967. Tiene que incluir el este de Jerusalén, que sería la capital de nuestro Estado.
Usted ha dicho ser optimista sobre el futuro. ¿En qué se basa ese optimismo? Nadie puede desdeñar lo que hemos logrado, sobre todo por la cantidad de personas -incluyendo a los palestinos- que miraban lo que tratábamos de hacer y decían que era imposible. Pero hemos logrado nuestro objetivo. En julio, en Bruselas, obtuvimos nuestro ‘certificado de nacimiento’. Los Estados donantes se reunieron allí y avalaron las recomendaciones de Cisjordania, el Fondo Monetario Internacional, y las Naciones Unidas, lo que nos dejó listos para dar el paso actual.
Israel señala que el pedido de Palestina ante las Naciones Unidas es unilateral… No entiendo cómo ir a las Naciones Unidas puede ser unilateral. El gobierno israelí muestra mucha ansiedad negativa, incluso hostilidad. Pero no creo que haya ningún país que se oponga a nuestro pedido. Simplemente es una validación política del esfuerzo palestino por hacer realidad su proyecto de convertirse en un Estado. Israel es un país con el que queremos hacer las paces y coexistir.
Si la Asamblea General de la ONU vota a favor del Estado Palestino, ¿qué cambios palpables habrá? Ninguno. Por eso el voto de la ONU no es el final de esta historia. Nada lo es, excepto que la ocupación israelí se acabe. Para eso necesitamos negociaciones, pero no significa que el proceso político solo consista de negociaciones. Tenemos que tratar con una realidad en la que Israel continúa expandiendo asentamientos en territorio ocupado. Esto no se trata de ganar una discusión, se trata de ganar la libertad para nuestra gente.
¿Cree que los aliados de Israel, como los Estados Unidos, votarán a favor de un Estado Palestino? Que Palestina sea un Estado es algo con lo que la humanidad en su conjunto puede identificarse. Se trata de un sentimiento de falta de justicia que se tiene que afrontar hasta que los palestinos puedan vivir con dignidad en un país propio. Es una necesidad universal y por eso es relevante para todo el mundo. Las murallas sí caen, y nuestro tiempo llegará. Solo pedimos algo que la gente en todo el mundo considera un derecho natural. Por eso creemos que tenemos su simpatía, sobre todo desde que intentamos alcanzar nuestro objetivo a través de una vía no violenta.