El huracán Irene sigue su avance hacia la zona noreste de Estados Unidos, en un trayecto que podría ir desde Carolina del Norte hasta Nueva Inglaterra, pasando por Washington y Nueva York.
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Irene ya ha provocado numerosas evacuaciones preventivas; la alerta de 100.000 miembros de la Guardia Nacional, cancelaciones de rutas ferroviarias y aéreas, y que cinco estados se hayan declarado en situación de emergencia.
“Todo indica a que éste va a ser un huracán histórico”, ha dicho hoy el presidente Barack Obama desde su retiro vacacional en Massachusetts. “No puedo insistir lo suficiente sobre este punto: no hay que esperar, no hay que retrasar las decisiones. Hay que prepararse para lo peor. Debemos tomarnos esta tormenta muy en serio”.
En las últimas horas, Irene se desplazaba a 22 kilómetros por hora y registraba ráfagas altas de hasta 165 kilómetros por hora, según el Centro Nacional de Huracanes . Vientos huracanados se extendían a un radio de 150 kilómetros de su ojo, y ráfagas de tormenta tropical a otro radio mayor, de hasta 465 kilómetros.
La NASA estima que el diámetro del huracán es de unos 800 kilómetros, un tercio de toda la costa este del país.
Si supera los 178 kilómetros por hora, volverá a considerarse de Categoría 3.