La incógnita siempre ha existido cuando se habla sobre si existen consecuencias al ingerir alcohol y antibióticos al mismo tiempo.
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Aunque la balanza se inclina hacia lo negativo de este hábito, Marián García, doctora en Farmacia y profesora de la Universidad Isabel I de España, explica que las consecuencias de mezclar alcohol y antibióticos puede ser variable.
‘Por un lado, la ingesta moderada de alcohol podría favorecer la absorción de algunos fármacos (dando lugar en ocasiones a toxicidad) mientras que una ingesta excesiva disminuye su biodisponibilidad (el fármaco se absorbe menos) al provocar irritación o inflamación de la mucosa intestinal’, explicó García al portal Hipertextual.
Lo que será decisivo sobre las consecuencias de tomar alcohol mientras tomas antibióticos será ‘si la ingesta de alcohol se realiza de manera ocasional o crónica’. Porque si se trata de personas que beben recurrentemente alcohol, el efecto del medicamento será menor, casi nulo.
Lo peligroso del asunto es que al no absorber el medicamento por culpa del alcohol, el organismo necesitará dosis más altas lo que, a la larga, puede originar resistencia a los antibióticos, lo que deja al paciente imposibilitado de tratar correctamente sus infecciones.
Síntomas al mezclar alcohol y antibióticos
Mezclar antibióticos como metronidazol (Flagyl), tinidazol (Tindamax) y sulfametoxazol y trimetoprima (Bactrim), podría causar efectos como sofocos, dolores de cabeza, vómitos y taquicardia, explica Mayo Clinic en su web.
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Si se trata del antibiótico linezolid (Zyvox), al mezclarse con vino y cerveza, puede provocar un aumento vertiginoso de la presión arterial.
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