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VANNA PEDRAGLIOCOACH DEPORTIVA Y NUTRICIONAL
El mejor objetivo es buscar estar en forma más allá de lo estético. Más importante es estar saludable y disfrutar de competencias recreacionales que mejoran tu autoestima e impulsan tu superación personal. Casi sin darte cuenta, como consecuencia cambiarás estéticamente y, lo mejor, estarás disfrutando de hacer deporte. Para mí, este es el principio de entrenamiento más importante.
El cuerpo humano es muy adaptable. Para conseguir los resultados que buscamos no hay muchos secretos. Solo debes escoger el mejor programa de ejercicios, según lo que estés buscando, y moldearlo en esa dirección. Por ejemplo, si lo que buscas es buena salud y no quieres adquirir una rutina de entrenamiento muy exigente, puedes hacer actividades cotidianas de bajo impacto como caminar, labores de jardinería, lavar tu auto o ir en bicicleta al trabajo. Pero si tienes metas de rendimiento más elevadas, como adquirir más fondo, concéntrate en ejercicios que mejoren el sistema de energía oxidativa: trotar, hacer bicicleta de montaña, jugar tenis o cualquier otro deporte recreacional con el que adquieras una frecuencia de entrenamiento al menos interdiaria. No existe magia, si quieres que tu cuerpo cambie, debes poner las ganas a través del esfuerzo y la disciplina.
Si lo que buscas es una meta más seria, como mejorar en tu deporte a nivel competitivo (profesional o amateur) debes saber que el cuerpo se adapta al estrés del ejercicio de manera altamente específica. Por ejemplo, nadar no mejorará el fondo para correr o montar bicicleta, y levantar únicamente pesas no te hará un mejor futbolista o nadador. La mejor forma de potenciar el rendimiento en un deporte es practicarlo, lo demás puede ser un complemento. El principio de especificidad deberá ser considerado lo esencial en cualquier programa de entrenamiento para mejorar el rendimiento especializado. Por otro lado, deberás practicar las llamadas actividades de soporte diseñadas para mejorar las capacidades físicas que son primordiales para potenciar dicho deporte en especial, entre ellas, la fuerza, la potencia, el fondo o la flexibilidad; así lograrás hacerte más hábil dentro de tu deporte. Eso sí, para lograr verdaderos cambios en nuestro rendimiento tanto la práctica del deporte como las actividades de soporte deben ser realizadas a largo plazo. Hacer un entrenamiento de fuerza o potencia dos meses antes de una competencia no logrará mucho. En el caso de la fuerza, no se transferirá tan rápidamente para notar mayores mejoras en el sistema motor.
Podrán notar que no solo se trata de hacer deporte todos los días sino tenemos un verdadero plan para mejorar y adaptándonos para lograr los objetivos que queremos. Una excelente analogía: pensar que lo que intentamos es construir una casa sólida, que vendría a ser el máximo de nuestro rendimiento, empieces donde empieces. Pues tienes que empezar por buenos cimientos o entrenar tu capacidad aeróbica de fondo; luego tienes que poner columnas resistentes a través de un entrenamiento de fuerza máxima y, ladrillo a ladrillo, le darás forma a tu casa, con un entrenamiento diario del deporte que más te gusta. Pero lograr que esta casa sea linda y funcional depende de un diseño arquitectónico y estructural, y eso solo se consigue a través de un programa de nuestro deporte bien diseñado. Nos consumirá menos tiempo que hacerlo de forma poco sistematizada, pues nuestro cuerpo es una biocomputadora perfecta y se adaptará de manera excelente dependiendo del programa que sigamos. Depende de nuestro esfuerzo, nuestra seriedad e información o guía profesional lograr superar cualquier reto que nos propongamos.
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En conclusión, tú pones las metas y tú mismo decides cuál es tu estilo de vida. Tu cuerpo sólo será el reflejo de ello. Si quieres tener el cuerpo de un atleta, pues debes entrenar como tal.
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