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La de la Fuerza Aérea Rusa Los militares rusos utilizaban este método para perder peso, hasta que se dieron cuenta que se les estaba yendo la mano. En el desayuno, sólo podían beber una taza de café y, a la hora del almuerzo, debían llenarse con dos huevos y un tomate. Para la cena: hierbas con sal, pimienta y vinagre. Se comenta que los oficiales que la siguieron no sólo bajaron de peso sino que, al cabo de un año, quedaron al borde de la desnutrición.
La del tipo sanguíneo Esta teoría tuvo su cuarto de hora durante la década del ´90, cuando un grupo de expertos intentó demostrar que cada grupo sanguíneo debía alimentarse con un patrón de comidas específico. Por ejemplo, los que eran de tipo O tenían que comer carne, mientras que los de tipo A estaban resignados a hacerse vegetarianos. Tuvo menos éxito que las últimas películas de Kevin Costner.
La de la luna Los defensores de la dieta de la luna siguen jurando que la pérdida de peso está ligada a la capacidad del cuerpo humano de absorber el agua; y que este mecanismo responde a la fuerza de atracción que ejerce la luna sobre los líquidos. A grandes trazos, el método implicaba hacer un ayuno de 26 horas a partir del cambio de fases de la luna. En ese período sólo había que tomar líquidos, con el objetivo de desintoxicar el organismo para bajar dos kilos de un tirón. Algunos siguen convencidos de que esta dieta realmente funciona.
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La del jugo de limón La apodaron ‘dieta ácida’ y, al parecer, fue probada por la cantante Beyoncé. Muy simple: había que beber durante varios días un jugo de limón con agua y pimienta, para desintoxicar el organismo, y acompañarlo sólo con verduras. La propia Beyoncé terminó admitiendo que no recomendaría este régimen ni a su peor enemiga.
Con información de Planeta Joy
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Gracias a todos los que colaboraron con la Reciclatón.