- Piénsalo antes de estallar: es cierto que si una situación te tiene tensa, es probable que explotes ante cualquier estímulo. Pero piénsalo y cuenta hasta 10 antes de pelear delante de otras personas o ponerte a gritar. Ninguna de las dos situaciones ayudará a solucionar nada.
- Preocúpate de tu actitud: tener una nueva actitud cuando se da a discutir un asunto, es clave. Por eso, una buena idea es descubrir cómo hablas o qué gestos utilizas cuando discutes, tal vez son un poco duros. Así que prueba cómo suavizarlos, te sorprenderá lo que puedes conseguir.
- Y no se te olvide la actitud de él: si tú ya estás haciendo avances para cambiar tus actitudes negativas, una primera conversación para tener con él es que se fije también en cuáles son las actitudes que molestan para que trabaje también en ellas.
- Se asertiva: lo que mejor para ti es solucionar los problemas, en vez de dejarlos estar, por eso, por qué no preocuparte de que lo que estás sintiendo lo expreses correctamente. Comunica lo que estás sintiendo, habla en primera persona, no asumas nada y no te pongas a asignar culpas. Lo mejor es que lo hagas con serenidad y además concluyas proponiendo alguna solución.
- Los problemas no desaparecen de la nada: especialmente cuando son muy grandes, así que no te frustres si después de una primera conversación no llegan a acuerdo. Eso no quiere decir que haya que dejar de esforzarse, pero tampoco quiere decir que estés las 24 horas del día pensando o hablando del tema, ¡los agotará!
- Hay cosas más importantes que los problemas: así es, junto con solucionar los problemas que tengan, acuérdense de seguir viviendo, divirtiéndose, haciendo cosas juntos, que también son parte de una relación de pareja. Además estos momentos son los que les darán fuerzas para trabajar en solucionar los problemas.
Vía Publimetro Chile
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