Desde que un niño comienza a tener algo de autonomía, se le pueden ir dando pequeñas tareas para contribuir en el hogar. Por ejemplo, a uno de 2 o 3 años se le puede encargar que recoja sus juguetes.
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Pero ¿qué pasa cuando el niño se convierte en un adolescente y no cumple con ninguna obligación dentro del hogar?
‘Se ven casos de adolescentes que son atendidos en casa, les dan espacio absoluto para que estudien y nada más. Estos chicos terminan sufriendo mucho para adaptarse en la vida, pues no saben manejar proyectos y no saben distribuir su tiempo’, explica la psicóloga Martha Leiva, directora del Centro Family’s House.
En este caso, la experta recomienda que los chicos ‘laven su ropa y lo que ensucian en el servicio. Además, deben ayudar con la limpieza y orden de su cuarto y de la casa, en general’.
Adicionalmente, deben participar en todo tipo de actividades y quehaceres. ‘Por ejemplo, pueden involucrarse en ver el presupuesto de la casa, llevar las cuentas y pagar algunos recibos de servicios’, agrega.
En ese mismo camino, el programa Finanzas Prácticas de Visa recomienda otorgarles a los adolescentes un presupuesto mensual para inculcarles la responsabilidad de administrar sus propios recursos.
Para ello, hay que hablar primero con ellos, determinar la fecha en la que les darán el dinero y acordar los gastos que deberán cubrir, como transporte, almuerzos, materiales para el colegio y salidas con los amigos.
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¡A la cañita dile no!
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