No te dejes engañar por lo que ven tus ojos. Lo que estás observando parece un lobo, pero en realidad son tres mujeres con el cuerpo pintado. La obra pertenece al artista Johannes Stötter y contó con la colaboración de las modelos Valeria Hasler, Nina Mur y Nina Rhomberg.
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Lo interesante de este tipo de escultura es que se mueve como si fuera un animal verdadero, hasta resulta difícil identificar a las modelos. El efecto visual está tan bien logrado que resulta confuso ver a las modelos ponerse de pie.
De acuerdo con The Telegraph, Stötter demoró cinco meses en planificar esta creación y ocho horas aproximadamente en completarlo. Su meticuloso trabajo le valió el título del Bodypainting World Champion en 2012.