EMILY LAURENCE
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Para la mayoría de padres nuevos, dejar que alguien toque a su bebe recién nacido sin desinfectarse las manos primero es una historia de terror. Es algo que uno simplemente no deja que suceda.
Esta mentalidad de estar limpio es mejor a menudo se prolonga por años; muchos padres no se atreven a dejar que sus niños se ensucien y se vuelven obsesivos con desinfectar todas las superficies. Pero un nuevo libro está diciéndole a los padres que dejen de estresarse tanto.
The Dirt Cure , de la neuróloga pediatra estadounidense Maya Shetreat-Klein, sostiene que el exceso de higiene es malo para los niños. Su libro dice que estar más en la naturaleza y comer alimentos directamente del suelo es mejor para el sistema inmunológico.
El libro señala que entre 1997 y el 2011 las alergias alimentarias en los niños saltaron un 50%. Y en las zonas urbanas, el 55% de los niños ha desarrollado una alergia a los alimentos antes de cumplir los cinco años.
Shetreat-Klein indica que mientras muchos factores pueden causar una alergia alimentaria, los estudios indican que más niños son alérgicos porque los estamos ‘sobreesterilizando’, lo que puede crear un desequilibrio en el sistema inmune. Cuando no hay una diversidad de microbios en el cuerpo, las células inmunes comienzan a atacar a los alimentos.
La experta advierte sobre los alimentos que son demasiado artificiales, citando estudios en los que la coloración artificial ha vuelto a los niños más hiperactivos.
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En el 2010, la Unión Europea requirió colocar etiquetas de advertencia en los alimentos que contienen colorantes artificiales. En estos se leía: ‘El consumo puede tener un efecto adverso sobre la actividad y la atención en los niños’. Entonces, ¿qué es bueno para los niños?
Frutas y verduras naturales, directos-de-la-tierra que son ricos en vitaminas, minerales y fibra. Nada menos que 34 estudios encontraron que una dieta rica en el consumo de frutas y verduras reduce los síntomas del asma.
La conclusión de The Dirt Cure: dejar de preocuparse tanto por los gérmenes. Deja que tus hijos jueguen en la naturaleza, donde están expuestos a bacterias beneficiosas. Alimenta a tus hijos con alimentos ricos en nutrientes, es decir, porciones de frutas y verduras, evitando al mismo tiempo alimentos que son procesados o coloreados artificialmente. Al menos, es una manera mucho más divertida de vivir.