Vida y Estilo

El Estadio FC, el restaurante donde la cocina peruana gana por goleada

Ronaldinho, con el uniforme de la selección brasileña, da la bienvenida a los comensales desde la primera mesa del restaurante. En las paredes de esta casona restaurada del Centro de Lima (que todavía luce una escalera de mármol de Carrara) se exhiben camisetas, bufandas, banderines, fotos y afiches de equipos de fútbol de todo el mundo. Estamos, claro, en el Estadio FC, solo que en otro lugar.

‘Después de dos años de trabajos nos mudamos a este nuevo local en diciembre’, explica Elías Umbert, socio de este restaurante junto a Ricardo Hinojosa y Enrique Neyra Tocto. ‘Hemos traído todo el ambiente del Estadio FC original de la Plaza San Martín, pero a una casona mucho más grande, de dos pisos, que nos permite pasar a un siguiente nivel en la propuesta que iniciamos hace más de 15 años’.

Bajo los portales de la Plaza San Martín, en efecto, el Estadio FC se inauguró en el año 2000 con su ambiente de tribuna futbolera y una carta que recorría la cocina peruana desde la costa hasta la selva con platos de nombres peculiares: el lomo saltado se llamaba José Díaz, el arroz con pato a la chiclayana, Elías Aguirre, el ranfañón, Jet Gallardo, siempre identificando nuestra cocina con estadios, jugadores o camisetas que aludieran a sus orígenes o región.

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Ahora, después de una inversión que pasó el millón de dólares, el Estadio FC se ha mudado a media cuadra: una enorme casona limeña ubicada en el Jr. de la Unión 1047-1049 (esta calle también se conoce como Jirón Belén), a la vuelta de la Plaza San Martín, junto a El Rincón Cervecero y frente a cinco cocheras. La carta, está dicho, es amplísima con piqueos, entradas (se han incorporado las ensaladas light), platos de fondo y postres, que pueden acompañarse con diferentes variedades de cerveza en novedosos chops de hasta ¡3 litros! y tragos especialmente basados en nuestro pisco.

Atiende todos los días desde el mediodía. De lunes a jueves hasta las 11 p.m. y viernes y sábado hasta las 3 a.m., como para quedarse hasta el pitazo final.

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