Cada año en los Países Bajos 7.500 accidentes ocurren debido a productos químicos domésticos. Esta situación motivó a la agencia de publicidad holandesa Lemz a realizar un experimento social sobre lo atractivo de estos productos para los niños.
Como puedes observar en el video, los niños son colocados ante dos objetos: un juguete y un bote de detergente variado. Mediante una cámara escondida, que cuentan con sensores de seguimiento ocular y ritmo cardíaco, se muestra cómo los menores se sienten más atraídos por los productos tóxicos.