Tranquilamente acostadas en esta vitrina, están listas para ocupar las camas vacías de alguien que quiera compañía en China.
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Hechas de elastómero termoplástico, un material más suave que la silicona, estas muñecas sexuales prometen más que los anteriores diseños.
Con manos ajustables y genitales intercambiables, las expertas inmóviles son el producto top en esta tienda de Pekín.
“Los clientes consideran que este modelo es mejor para ellos. En primer lugar, la cabeza es muy importante, al igual que su apariencia externa y también influye en la forma en que lo usan, es muy cómodo. Si la utilizan muy a menudo, entonces van a elegir este tipo de muñecas”, señala el vendedor Yi Jiange.
Su precio oscila entre los 2.500 dólares, muy por encima de las de silicona.
Liu tiene una de ellas. Su familia vive a las afueras de Pekín Beijing, y él debe ir a la capital todas las semanas a trabajar.
No quiere serle infiel a su esposa y quiere satisfacer sus apetitos sexuales.
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“Yo no podía aceptarme a mí mismo salir y encontrar a otras mujeres, y ya que financieramente me lo puedo permitir, decidí comprar esta muñeca”, señala Liu.
‘Después de todo, no es una cosa viva. En el invierno se siente muy, muy fría, así que es muy diferente a una persona real cuando lo tocas, aunque la sensación al tacto de la piel está muy cerca de una persona real”.
Sus piezas desmontables hacen que la limpieza, su sustitución y el traslado sean más fáciles.
El mercado de los juguetes sexuales chinos se estima en hasta 16 mil millones de dólares.
Aunque las actitudes conservadoras en el país asiático todavía están muy extendidas, las reformas económicas han desembocado en más libertad sexual.
Estas muñecas, cada vez más de moda, empiezan a llamar la atención de hombres o mujeres que quieren una compañía a su medida.