Definitivamente no es un día cualquiera este supermercado de Holanda. 500 personas entraron al local.
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Aunque hoy las compras quedan en segundo lugar.
La tienda, por un día, se convirtió en discoteca…sin abandonar su negocio principal.
Se puede bailar, tomar y, como siempre, comprar.
Seguramente si así funcionaran todos los supermercados, existirían muchos más jóvenes dispuestos a ir de compras.