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1. Motor: Deben ser revisados los niveles de aceite, líquido de frenos, agua, dirección asistida, refrigerante, entre otros. Además, es recomendable echar un vistazo general en búsqueda de alguna fuga. Si nuestro vehículo está próximo a recibir su mantenimiento periódico en el taller, es recomendable hacerlo antes de viajar.
2. Llantas: Es importante comprobar que las cuatro ruedas no presenten ningún corte o bulto en su superficie. En cuanto a la presión del aire, es importante medirla en cualquier estación de servicio y verificar que se encuentre en el nivel correcto. La llanta de repuesto también debe ser revisada, y sería bueno contar con las herramientas necesarias para cambiarla.
3. Frenos: Una de las mejores maneras de evitar un accidente es revisar previamente los frenos del auto, con la ayuda de un mecánico o especialista. Esto podrá ayudar a comprobar que el grosor de las pastillas de freno y el estado de los amortiguadores sea el más óptimo. Es recomendable hacer dicha revisión cada 40 mil kilómetros, sobre todo, si se piensa viajar.
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4. Visibilidad: Antes de salir a la carretera, es primordial que todas las luces del auto funcionen correctamente: faros de luces bajas y altas, direccionales, intermitentes de emergencia, luces de freno y placa. También es importante que el limpia parabrisas se encuentre en buen estado, para tener una buena visibilidad al manejar.
5. Aire acondicionado: Aunque pueda parecer un lujo, hará más placentero el viaje porque es incómodo andar por la carretera con las ventanas abiertas. Si se comprueba que el aire acondicionado del auto no enfría lo suficiente, basta con recargar el gas interno del mismo. Es una operación rápida y sencilla que puede realizarse en cualquier taller mecánico.
