En 2008 comienza la vida pública de Gober. Fue rescatada por una organización que defiende a los animales mientras intentaba, a tientas, conseguir comida.
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Ella era ciega. En el refugio al que fue llevada logró reproducirse con otro orangután también ciego.
Ginting y Ganteng nacieron en cautiverio.
“He trabajado con orangutanes por 25 años y he visto todo lo que se puede ver excepto orangutanes mellizos como estos que nacieron de padres que se encontraban ciegos desde que fueron concebidos hasta su nacimiento. Así que es una situación absolutamente única’, cuenta el doctor Ian Singleton, director del programa de conservación de orangutanes de Sumatra.
Gracias a una innovadora operación de cataratas, hace 3 años, Gober recuperó la visión. Fue entonces que su retorno al ambiente natural se hizo viable.
Y finalmente en 2015 se logró hacer realidad su liberación en la selva en Sumatra.
Aunque la madre no hizo exactamente lo que estaba planeado, el esfuerzo era demasiado grande y tomó una drástica decisión.
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Abandonó a su pequeño macho y se quedó solo con la hembra.
“Aunque no sea perfecto estoy convencido de que es la decisión correcta a tomar, al final de cuentas, tenemos a Gober de vuelta en la vida silvestre, Ginting está ahí como una orangután salvaje con ella y ojalá que Ganteng pueda serlo también. Creo que es el mejor escenario posible si verdaderamente lo analizamos’, señala Singleton.
Más de 50 orangutanes han sido liberados en la reserva natural de Jantho en Sumatra hasta el momento.
Ganteng tendrá que esperar su turno hasta el día en que no dependa de su madre para sobrevivir.