El referente que tiene la gran mayoría de las mujeres son sus amigas, Internet, sus parejas y en una minoría sus padres o el colegio. Están llenas de dudas, preguntas y mitos que se les han transmitido a través de la educación recibida en el hogar, en el colegio o sus propias convicciones.
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Muchas de ellas llegan aterradas con la idea de iniciar la vida sexual y perder la virginidad. No me refiero sólo a las quienes inician la actividad sexual con su pololo, sino también mujeres casadas, que por opción propia han decidido llegar vírgenes al matrimonio. Sus mentes están llenas de pensamientos erróneos y cuentos de terror frente a esta primera relación penetrativa o coital.
Estas mujeres acuden al Centro porque han intentado y deseado tener penetración vaginal y no lo han logrado, pues sus temores las llevan a que los músculos de su vagina se contraigan involuntariamente, impidiendo la penetración. Esta disfunción sexual se llama Vaginismo y es mucho mas frecuente de lo que pensamos. Durante las sesiones siempre les pregunto de qué tienen miedo y les pido que traigan una lista de sus temores a la primera vez.
Estas son algunas de las respuestas:
1. El gran primer miedo es al dolor, pues sus amigas les contaron que era terriblemente doloroso.
2. El mayor temor es que se rompa el himen, el cual piensan que es una tela que cubre toda la vagina y es muy difícil de traspasar.
3. El otro miedo es a sangrar en grandes cantidades e incluso a desangrarse.
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4. Algunas refieren tener pánico a rajarse, desgarrarse, romperse.
5. Otras mujeres temen que el pene pueda quedar atrapado dentro de la vagina, sin poder sacarlo.
6. Miedo a la supuesta fragilidad de la vagina.
7. Pánico a romper las reglas y creencias infundidas por sus padres, o su religión.
8. Por supuesto el temor al embarazo.
9. Miedo a no sentir placer ni orgasmo con la penetración.
10. Temor a contraer alguna infección o enfermedad de transmisión sexual.
11. A que los padres se den cuenta que perdieron la virginidad.
¿Te sientes identificada con algunos de estos temores? Lamentablemente, muchos de estos miedos son mitos basados en la falta de información o poca seriedad de ellos.
La terapia comienza por desmitificar los temores que traen las pacientes, tranquilizándolas y educándolas sobre anatomía y disfunciones sexuales. A ellas y sus parejas les digo que la primera vez no tiene por qué ser dolorosa, que es posible que haya un pequeño sangramiento, pero nada para asustarse. A medida que avanza la terapia van desapareciendo los temores iniciales y por supuesto logramos resolver la disfunción sexual por la cual consultaron.
Por lo tanto, les aconsejo informarse por fuentes serias y no tener miedos mal infundidos que las pueden llevar a generar alguna disfunción sexual.