1. El Instituto Nacional de Envejecimiento de los Estados Unidos (por sus siglas N.H.I) describe al Botox como una sustancia ampliamente venenosa, extraída de una bacteria que puede llegar a causar toda clase de enfermedades mortales. Hace más de una década se descubrió que, en dosis muy pequeñas, podía ser útil para el tratamiento de problemas oculares, y ciertos tipos de arrugas.
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2. El portal de la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos indica que esta sustancia venenosa frecuentemente es inyectada para la eliminación temporal de arrugas faciales. Pero a su vez, puede ser utilizada en tratamientos de sudoración severa axilar, contracciones musculares cervicales, problemas de parpadeo incontrolable, entre otros.
3. Por su parte, el N.H.I. indica que pueden existir algunos efectos secundarios negativos, en quienes utilizan el Botox como un medio para combatir las arrugas. Entre ellos, figuran fuertes gripes, la caída de alguno de los párpados (que puede durar semanas), dolores de cabeza, malestar estomacal, e incluso, el ‘bolutismo’, enfermedad generada por el veneno existente en el Botox, y que puede llegar a ser mortal.
4. Las inyecciones de Botox en el rostro, funcionan debilitando y paralizando determinados músculos, bloqueando además algunos nervios, para colaborar en la desaparición de las arrugas. Sus efectos pueden llegar a durar unos cuatro meses, según el N.H.I, y cumplido ese periodo, el músculo debería regresar a la normalidad, volviendo a presentar las arrugas como marcas visibles.
5. Si uno se encuentra interesado en practicarse un tratamiento de Botox, el ‘NIH’ recomienda consultar los beneficios y perjuicios que este podría causarle, con un médico especialista en el tema. Además, este tratamiento debería ser únicamente realizado en una clínica o consultorio médico, sin compartir el envase con otras personas. Queda terminante prohibido inyectarse durante el embarazo, lactancia materna, tratamiento de antibióticos o en caso de que tenga problemas musculares.
6. Según el reconocido diario ‘El País’ de España, muchas celebridades se han visto perjudicadas por aplicarse Botox con demasiada frecuencia. Un ejemplo podría encontrarse en actrices como Reneé Zellweger, Meg Ryan, las hermanas Mary Kate y Ashley Olsen, e incluso, Florinda Meza, conocida por su papel de ‘Doña Florinda’ en ‘El Chavo del Ocho’. Ahora, todas ellas presentan un rostro prácticamente irreconocible, que debido a su aspecto ‘plástico’, no cuenta con ninguna clase de expresión facial.
7. Por ello, ‘El País’ de España informó que muchas otras celebridades, como Penélope Cruz, Kate Winslet, Cate Blanchett, Sarah Jessica Parker, Raquel Weisz y Emma Thompson, entre otras, han optado por pronunciarse al respecto, y a favor de las arrugas. Todas ellas indican que se encuentran en contra de la utilización de este tipo de medicamentos, porque imposibilitarían su óptimo desempeño como actrices, ya que solo mediante la expresión facial, pueden trabajar con naturalidad.