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Por Mariella VegaPsicóloga, Psicoterapeuta Familiar del Instituto de Diagnóstico del Centro Peruano de Audición, Lenguaje y Aprendizaje – CPAL
En muchas oportunidades llegan a la consulta parejas o alguno de los miembros de la pareja preocupados por saber si la situación que vienen atravesando ahora es solo una crisis o están en riesgo de una separación o divorcio. Surgen ahí las preguntas ¿esta relación está por hundirse? ¿Aún la podemos rescatar?
Gottman, quien ha investigado por años las relaciones de pareja plantea que las parejas felices no son lo que conocemos como ‘uniones perfectas’ ya que incluso en las parejas felices hay significativas diferencias y el conflicto está presente; pero, si hay algo en lo que todos estas parejas coinciden es que la base de los mismos es una profunda amistad, la que impide que las peleas se salgan de control.
Pero ¿cómo sabemos si una relación se acerca al fin?
Una primera señal, es cómo se plantean las discusiones. Cuando una discusión inicia de manera negativa, acusadora o violenta, va a terminar inevitablemente de manera negativa, por mucho que se intente y por tanto la discusión del tema va a ser un fracaso.
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Una segunda señal, es lo que Gottman llama los 4 jinetes del Apocalipsis. Todas las parejas muestran en algún momento alguna de estas conductas; pero las parejas que acaban separándose son las que se quedan entrampadas en estos 4 jinetes, ya que caen en un espiral de destrucción. Estos 4 jinetes son la crítica, el desprecio, la actitud defensiva y la indiferencia.
Una tercera señal es sentirse abrumado. Si uno de los miembros se siente abrumado por las críticas o el desprecio de la pareja, estará más alerta de que el otro está a punto de estallar. El hecho de que una persona se sienta abrumada nos dice que este siente una gran tensión emocional al estar cerca del otro. El fracaso de la relación puede predecirse entonces por el sentir la presencia abrumadora y constante de los 4 jinetes.
La cuarta señal es, lo que dice el cuerpo. Cuando en un discusión de pareja alguno de los miembros o ambos empieza a experimentar cambios físicos y puede verse la tensión a través del cuerpo, estamos frente a la expresión física del sentirse abrumado. Estos cambios físicos pueden ser la aceleración del ritmo cardíaco, el aumento de la presión sanguínea, la sudoración. Todas estas sensaciones limitan que una conversación sea productiva ya que se activan nuestras áreas más primitivas del cerebro, las que nos hace percibir está situación como peligrosa y generan reacciones como luchar o huir.
La quinta señal, son los intentos de reparación que no funcionan. Estos intentos de reparación, son los esfuerzos que realizan las parejas para bajar la tensión durante la discusión, para frenar y así poder evitar que alguno se sienta abrumado. Cuando los jinetes imperan estos intentos de desagravio no son siquiera percibidos y es aquí donde la relación corre un serio peligro.
La sexta y última señal son los malos recuerdos. Cuando en una relación lo que podemos recordar de la misma, son más los malos momentos que los buenos, esta relación está en riesgo.
Entonces, cuando empezamos a observar estas señales en una relación el fracaso es casi inevitable, pero una relación no termina hasta que termina, incluso una pareja detecta todas estas señales puede salvarse si recibe la ayuda necesaria. Así, que a estar alertas a estas señales y en el momento que las detectemos busquemos ayuda.