Una reciente investigación realizada en la Universidad College London en Reino Unido sugiere que el cigarrillo electrónico reduce el uso del cigarro convencional, pero un nuevo articulo publicado en el Annals of Allergy, Asthma and Immunology advierte que “no hay evidencia suficiente” para sugerir aquello.
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Nadie duda de la popularidad que el cigarrillo electrónico (e-cigarettes) alcanzó en tan poco tiempo; sin embargo, aún persiste la interrogante de si es del todo seguro.
Fabricantes del e-cigarette dicen que el dispositivo es seguro y que, incluso, puede ayudar a dejar de fumar. Una afirmación que fue respaldada por una investigación realizada en la Universidad College de Londres, la cual determinó que el 20% de las personas que intentaron dejar de fumar tabaco lo logró utilizando los e-cigarettes.
Pero en un reciente articulo publicado por el Dr. Andrew Nickes, de la división de Alergias e Inmunología de la Clínica Mayo asegura que no hay suficiente evidencia de los beneficios del e-cigarettes.
“A pesar de la aparente optimismo que rodea e-cigarettes y su papel terapéutico que pretende hacernos dejar de fumar, simplemente no hay suficiente evidencia para sugerir que los consumidores deben utilizar los cigarrillos electrónicos para este fin”, dice el Dr. Nickels.
Además, Nickles señala que la doble utilización (cigarros regulares y electrónicos) es un “motivo de preocupación”, porque siguen exponiendo a su entorno a los humos tóxicos.
Un estudio de 2012 de la Universidad de Atenas en Grecia sugiere que los cigarrillos electrónicos pueden causar daño a los pulmones inmediatamente después de su uso. Además, un informe reciente de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) reveló que el número de llamadas relacionadas con e-cigarrillos a los centros de toxicología de los Estados Unidos se han disparado, desde una llamada por mes en 2010 a 215 por mes este año.
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En medio de este contexto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) anunció hoy que se encuentra preparando unas recomendaciones para los estados miembros sobre cómo intentar luchar contra el creciente fenómeno del uso de los cigarrillos electrónicos.
“Los cigarrillos electrónicos son claramente un problema de salud pública, es por ello que estamos estudiándolos”, afirmó hoy Armando Peruga, director del programa sobre prevención de enfermedades no transmisibles.
Peruga explicó que un grupo de trabajo en el seno de la OMS ha estudiado el fenómeno durante este año y hará un informe sobre cómo luchar contra un consumo creciente, el cual se hará público en “dos o tres meses”.
Por su lado, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) de EE.UU. planea también regular su venta a menores de 18 años. Además, los fabricantes deberán registrarse a la FDA y confirmar que hay suficiente evidencia científica para apoyarlos.
“Reglamentar un producto basándonos en la ciencia es una forma de protección poderosa que puede ayudar a reducir los casos de salud pública por el consumo del tabaco”, aseguró la comisionada de la FDA, la Dra. Margaret A. Hamburg.