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*1. Tus ganas de seguir durmiendo: * ¿La alarma de tu celular puede despertar a toda tu casa, pero no a ti? No importa a qué hora te levantes, tu mamá ya organizó su día, salió a caminar y fue a comprar pan. Y no entiende por qué tienes que dormir hasta tan tarde. Hijito, ya es mediodía.
2. Tu cuarto: Sobre tu cama, y con la ropa puesta, a veces te quedas dormido entre tu laptop, celular, cables y unos cuantos papeles. Tu ropa sucia está desparramada por toda la habitación. ¡Parece un muladar!
3. Tu clóset: ¿Ojos que no ven, corazón que no siente? Mentira, eso no funciona tan bien contigo, porque cada vez que abres tu clóset, sale un ‘huayco de ropa’. Si te dieras un tiempo para ordenarlo, como recomienda tu madre, te ganarías su aprecio. ¡Cómo puedes vivir así!
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4. El baño: Si tienes que compartirlo, todo mal. Si es solo tuyo, también, porque tu mamá siempre entrará a inspeccionarlo. No importa cuántas veces te diga que no dejes la tapa del inodoro abierta o que no dejes todo el piso mojado cuando te duches. ¡Estoy harta!
5. Tus reuniones sociales: Le pides permiso para que un par de amigos ‘caigan’ a tu casa a tomar unas cervezas. Se supone que será algo tranquilo, pero de pronto se rompen los vasos, los adornos y hasta llega Serenazgo. Uy.
6. Tus falsas promesas: Le prometes que la acompañarás a hacer las compras, o a visitar a un tío lejano en el hospital. Llegada la hora, te olvidas por completo que también hay partido. La Champions League.
7. Tu adicción al celular: También conocida como ‘phubbing’, siempre pasa. Tu pobre madre habla y habla, y tú, asientes con la cabeza sin escucharla, mientras miras tu celular. Cuando verdaderamente la has sacado de quicio, te pregunta si la estás escuchando. ¡Ya deja ese aparato!
8. Que no le devuelvas un ‘tupper’: Qué importa si de vez en cuando tienes que pedirle un poco de dinero adicional con la promesa (que nunca cumplirás) de devolvérselo lo más pronto posible. Pero si algo enfurece a las mamás es que desaparezcas ese valioso objeto de la cocina, sin importar cuántos tenga guardados en la despensa.
9. Que no le tengas paciencia con la tecnología: Los celulares y computadoras pueden serle un poco reacios a mamá. En algunos casos, incluso, el DVD. Por eso, tenle paciencia y ayúdala, recuerda que tus hijos también serán más tecnológicos que tú. ¡Este aparato es una porquería!
10. Que no la aceptes en Facebook: Ella te trajo al mundo, por lo que tiene todo el derecho de ver y comentar tu actividad virtual. También, de publicar esas cadenas poéticas de madre a hijo en tu muro, y tus incómodas fotos de adolescente. ¡Miren qué guapo es! ¡Salió a su mamá!