Por: Sabrina Rodríguez
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Uno de los mayores retos de los padres modernos es lidiar con los antojos gastronómicos de los hijos: gaseosas, golosinas, hamburguesas y papas fritas.
Las consecuencias de estos hábitos poco saludables son devastadores. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los niños obesos y con sobrepeso tienen más probabilidades de padecer a edades tempranas enfermedades cardiovasculares y otras como la diabetes.
Por lo tanto, enseñarles a comer bien desde pequeños es clave. ¿Por dónde empezar? Para la nutricionista Littzie Porras, la clave está en los padres.
‘Los niños aprenden observando modelos de conducta. Cuando ven que sus papás comen sano, ellos están más aptos para consumir ese tipo de alimentos’, asegura esta especialista a Publimetro.
Comer en familia, llevarlos a hacer las compras y cocinar juntos también ayuda a inculcarles buenas pautas alimentarias. ‘Si se les involucra en la preparación de alimentos y se les explica la importancia de comer sano, los niños se vuelven más dispuestos a probar esos insumos’, agrega.
Porras también aconseja evitar recompensarlos con comida chatarra. ‘Así, se fomenta la idea de que los alimentos sanos no son tan atractivos como aquellos sin valor nutritivo’. En todo caso, si alguna vez van a un fast food, hay que comer porciones chicas.
El ejercicio, añade Porras, es la base ideal para crear hábitos saludables en los niños. ‘La actividad física es un complemento fundamental’, dice.