Pasamos tanto tiempo intentando entender al género masculino, que cada ayuda que surge, de la forma que sea la tomamos. No es menor que ‘Por qué los hombres aman a las cabronas’, se haya convertido en un libro de fama internacional al dar las claves necesarias para transformarnos en lo que ellos quieren. Es una guía sobre relaciones para las mujeres que son ‘demasiado buenas’.
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El título y el contenido se refieren a los que muchas mujeres piensan, pero no dicen. Toda mujer ha sentido vergüenza por parecer demasiado necesitada ante un hombre. Toda mujer ha tenido un hombre tras ella, quien en el momento que la consiguió perdió el interés. Toda mujer sabe lo que se siente que no la tomen en cuenta. Estos problemas son comunes para la mayoría de las mujeres, casadas y solteras, por igual’.
Pues bien, indagamos un poco más sobre el tema y le preguntamos a Ezequiel López Peralta hasta qué punto los hombres prefieren a las mujeres que los toman poco en cuenta y que parecen inalcanzables.
Mujeres que atraen a los hombres. Podríamos decir que una mujer equilibrada, con buena autoestima, independiente y autónoma atrae a varones que también tienen esas características y desean un vínculo equitativo. Si en cambio se trata de un hombre machista que necesita una mujer sumisa y dependiente a su lado, seguramente no va a sentir atracción por alguien que no acepta sus reglas.
¿Qué les provocan las mujeres independiente? A veces les genera temor, en la medida en que se trata de mujeres que saben lo que desean y también lo que no quieren, actuando en consecuencia. Algunos varones sienten cierta presión ante la posibilidad de no satisfacerlas y ponen a la mujer en el lugar de una jueza que los evalúa y decide cuanto valen en su rol masculino. Pero en aquellos hombres que se han permitido repensar su virilidad y la ven desde una perspectiva más amplia, las cosas cambian y viven estas relaciones como muy placenteras y felices en la medida en que se basan en la libertad y el respeto mutuo.
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Las mujeres que siguen a un hombre (toman la iniciativa, los llaman, aceptan), ¿finalmente los ahuyentan? Depende. Muchos hombres sienten que estas mujeres los sacan de su típico ‘rol masculino’, se desconciertan y no saben como actuar. Pueden descalificarlas y tildarlas de ‘mujeres fáciles’, una manera de intentar mantener su rol dominante. Pero también tenemos otros varones que se sienten deseados ante esta situación, les divierte sentir que la seducción va en ambas direcciones y disfrutan del momento. Incluso suelen bromear con esto de que ‘así se nos facilitan más las cosas’.
¿Cuáles son las mujeres desafío para un hombre? Es una mujer segura, crítica (en el sentido de que no acepta algo como verdadero por el simple hecho de venir de un hombre) y con una autoestima que la lleva a ser muy clara con respecto a lo que quiere y a lo que no tolera en una relación de pareja.
¿Qué tan verdad es la frase ‘siempre quieres aquello que no puedes tener’? Es parcialmente verdadera. No siempre queremos algo por el simple hecho de no poder tenerlo, pero si, por ejemplo, una persona nos interesa mucho y nos resulta difícil conquistarla, sin dudas que la vamos a valorar y a desear mucho más. Es una regla del deseo: lo que no podemos tener nos atrae.
Las mujeres que no están interesadas en una relación, ¿generan mayor atracción? Creo que esa es una característica que atrae más en el varón que en la mujer. Es común en las mujeres ponerse como desafío narcisista esto de lograr ‘encaminar’ a un hombre que no muestra interés en una relación de pareja estable. En el perfil de lo que atrae a los varones, en cambio, éste no es un elemento que tenga demasiado peso.
¿Hay un tipo de mujer con el que un hombre se comprometería sin ‘pensarlo’? Si hablamos del hombre más evolucionado en su pensamiento que ha abandonado las creencias machistas rígidas, te diría que es ‘irresistible’ la mujer que resulta muy atractiva eróticamente y que a la vez es una buena compañera. Se buscan relaciones en las cuales el espacio compartido es importante e intenso, pero a la vez se respeta lo individual.
