Los bebes aman jugar con el control remoto. Y también les encanta ver televisión. Los padres, agotados por tantas tareas, rara vez les dan la contra, en especial cuando tienen apenas cinco minutos para ducharse, lavar los platos o alistarse para ir a trabajar.
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Pero en un reciente informe, la Academia Americana de Pediatría (AAP) confirma que los niños menores de dos años deberían pasar menos tiempo frente a la pantalla y más horas aprendiendo a través del juego.
Desde la primera vez que la AAP examinó este asunto en 1999, ha existido una proliferación de nuevos aparatos que ofrecen entretenimiento (TV, DVD, computadora, smartphones y tablets) y más estudios que muestran su efecto dañino.* Hoy, los programas de televisión, DVD especializados e incluso canales enteros están dedicados a entretener a los más pequeños.*
En una reciente encuesta hecha en Estados Unidos, un asombroso 90% de padres señaló que sus hijos menores de dos años miran de una a dos horas diarias de televisión. A los tres años, un tercio de estos niños tiene un televisor en su dormitorio y muchos lo tienen encendido todo el tiempo o gran parte del día.
Los padres pueden engañarse a sí mismos y pensar que ver programas de ‘calidad’ es educativo. Sin embargo, mientras los niños de dos a más años pueden mejorar sus habilidades sociales y de lenguaje con el juego, las nuevas investigaciones muestran que no existe evidencia de que la televisión sea educativa a esta edad.
‘En algún lugar entre el año y medio y los dos años y medio, los niños son capaces de comprender el contenido y el contexto de los programas televisivos’, explica el autor del informe, el Dr. Ari Brown. ‘Así que incluso si un programa es de gran calidad, se pierde en las cabezas de los más pequeños, que aún no están listos para entender contenido audiovisual’.
Mirar la ‘tele’ con mamá y papá tampoco hace más educativos a los programas. De hecho, el informe sugiere que esta actividad le resta tiempo a la valiosa interacción entre padres e hijos. Los niños desarrollan el vocabulario a través del diálogo con sus padres, así que pasar tiempo frente a la pantalla también daña el desarrollo del lenguaje.
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Los niños aprenden más a través del juego que mirando programas de televisión, así que cualquier actividad que le reste horas a jugar y aprender cómo solucionar problemas, a pensar creativamente y desarrollar habilidades motoras es dañina.
Además, ver mucha televisión puede afectar las rutinas del niño a la hora de irse a dormir.
‘Lo mejor que puedes hacer por tu hijo es darle la opción de tener juegos no estructurados, que juegue contigo y también de forma independiente’, dice el Dr. Brown. ‘Los niños necesitan todo eso para entender cómo funciona el mundo’.