Hoy se celebra San Valentín y estamos rodeados de corazones por todos lados. Así es como tradicionalmente se representa el amor. Sin embargo, esto es una gran falacia. Si tomamos como base a la ciencia, este sentimiento debería estar relacionado más con nuestra masa encefálica.
PUBLICIDAD
Gracias a una serie de estudios, hoy sabemos que estar enamorado implica una variedad de reacciones químicas en el cerebro, que incluso pueden apreciarse en una tomografía.
‘El amor no es solo una reacción química, pero sabemos por estudios que cuando alguien está enamorado -sobre todo en la primera etapa de la relación- se ve un alto nivel de dopamina y una baja de serotonina. Además, se activa la parte límbica del cerebro, que es la zona encargada del manejo de las emociones’, explica Ana Caro Cárdenas, doctora en Psicología Clínica y docente de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP).
La dopamina y la serotonina son neurotransmisores que -entre otras funciones- se encargan de regular emociones intensas.
‘Cuando hablamos de amor, hablamos de etapas. Durante el enamoramiento, la fase más apasionada, podemos ver con más intensidad la presencia de hormonas y neurotransmisores. Es esa etapa en la que no podemos dejar de pensar en esa persona y querer estar junto a él o ella’.
Con el tiempo, una relación evoluciona hacia otro periodo, tal vez de menor pasión, donde existe más solidez y confianza.
‘En ese momento, hay otros químicos que también siguen activos, como la oxitocina. Esta hormona se ha relacionado con un vínculo más fuerte y estable, con un amor a largo plazo’.
PUBLICIDAD
Sin embargo, la experta recalca que el amor no se limita solo a la química. También interviene la sociedad a la que pertenecemos, además de las creencias, valores y aprendizajes.
Junto a ello, nuestras relaciones previas -no solo románticas, sino también familiares o amicales- influyen en cómo entendemos y procesamos el amor.
Pese a ello, el cerebro puede reconocer la diferencia entre los distintos tipos de amor que sentimos. ‘Se han hecho estudios en los que se ha comparado el amor romántico con el amor de madre a hijo. Las áreas del cerebro que se activan son las mismas, pero hay una región llamada EAGC que solo tiene alta actividad en las mamás y no en las parejas. Es la misma región del cerebro que realiza mecanismos para reducir el dolor’.
Caro Cárdenas recalca que estas reacciones químicas pueden cambiar a medida que una relación evoluciona.
‘Los aumentos de dopamina pueden durar solo unos meses. Por ello, si una relación continúa no necesariamente es porque los químicos siguen allí, sino porque empiezan a desarrollarse otro tipo de vínculos. Cuando una relación acaba, también hay cambios y se pasa a una etapa de transición’, finaliza.
¿Estás en una relación tóxica?
Giuliana Rivera, psicóloga clínica y fundadora de Totem & Taboo, asegura que una persona está en una relación tóxica si es que…
• Abandonas actividades o hobbies que antes disfrutabas porque tu pareja te lo impide o deseas evitar una discusión…
• Si tu pareja está demasiado pendiente de lo que haces, adónde vas o con quién hablas y enmascara estas actitudes como protectoras…
• Y si tu pareja atenta contra tu privacidad, pidiendo tu clave de celular o computadora o revisando tus artículos personales.
Por Mauricio Niño
LEE TAMBIÉN
– Estos son los 35 ministros que Vizcarra ha tenido en lo que va de su gestión
– Marc Anthony conquista Nueva York con show y estreno de su serie en YouTube
– San Valentín: ¿Qué es síndrome del ‘corazón roto’ y cómo puede evitarse?
– Manuel Barreto, conforme a pesar de la eliminación copera de Sporting Cristal
– Niño es captado cazando moscas con la lengua durante entrevista en vivo