POR ZOË MASSEY – Fotógrafa – @ZoePix
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El surf debe ser uno de los deportes más hermosos. Te permite estar en contacto total con la naturaleza, te vuelve uno con la energía de toneladas de agua empujadas en cada ola. Un deporte que te permite respirar aire puro, correr olas con delfines y tener ese constante olor a agua salada en la piel. Mi olor favorito. Solo un par de veces logré pararme sobre una tabla y creo que han sido de las emociones más grandes de mi vida. Tengo un tema en la cadera que no me permite ponerme en pie rápido ni tener mucho equilibrio. Pero hoy leo sobre surf adaptado y creo que ‘mi tema’ en realidad es una excusa.
Esta rama del surf, la adaptada, permite a personas con distintas discapacidades practicar este deporte y sentir esa enorme libertad que te da el mar. Personas con autismo, síndrome de Down, ‘limitaciones’ físicas, parálisis de algún tipo, pueden tomar una ola y dejarse llevar. Hay torneos internacionales para esta modalidad y en el Perú, seguro no lo sabías, tenemos a un campeón latinoamericano. Es Pancho Arbulú.
Pancho creció en Pisco y en sus playas el contacto diario con el mar lo llevó a empezar a correr olas. Estudió en la Escuela de Aviación Civil de Collique y se convirtió en piloto civil, trabajó en varias compañías aéreas, llevaba una vida como la de muchos, dedicado a su chamba, la familia, el mar. En el 2006, camino al aeropuerto, un accidente automovilístico debido a unas piedras colocadas en la Vía de Evitamiento, frenó todo de golpe. Quedó con una lesión en la médula. No podía mover ni piernas ni brazos. Pasaron los meses y no se recuperó como esperaba, no volvió a caminar
Al inicio no quería salir de casa, pero conocer a otras personas con casos similares lo motivó a retomar la vida. Se fue a La Habana, donde hizo terapia de rehabilitación durante varios meses y al regresar, no pudiendo ser piloto otra vez, empezó a capacitar a otros. Hoy es instructor en tierra. Y así como regresó de alguna manera al aire, también volvió al mar. Hoy entrena con su amigo Piero Marotta (water coach), puntahermosino de corazón gigante y hoy regidor del distrito, y Beto Vigil (water assist). Hoy su terapia es el mar y esta terapia lo ha llevado a quedar este año en segundo lugar en el campeonato sudamericano de surf adaptado en Arica, Chile.
Pancho ha logrado lo que pocos: conquistar tierra, aire y mar. El decir yo puedo le ganó a la nostalgia de mirar de lejos algo que añoraba. Hoy no creo que lo detenga ya nada. Es un agente de cambio de su destino.
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‘Ser una nueva persona’ – Entrevista a Pancho Arbulú
¿El Pancho Arbulú actual es el mismo emocional, espiritual y mentalmente que el de antes del accidente?
He mejorado en esos aspectos. Espiritualmente subió mi fe, emocionalmente transmito mejor mis emociones, las exteriorizo. Y mentalmente siento que soy más fuerte ante la adversidad.
Luego del accidente, ¿qué fue lo que más te cuestionaste y qué te hizo enfrentar todo y retomar las riendas de tu vida?
Lo que más pensaba era en no poder cumplir las metas que me había propuesto en lo personal, familiar y laboral. Me tomó tres años aceptar mi condición. Mi motor fueron mis hijos y yo mismo, el hecho de querer ser una nueva persona ante la situación que se presentó.
El Perú es cero inclusivo. En Punta Hermosa (distrito que él frecuenta), como en tantos distritos de la periferia de Lima, no hay ni veredas. Tú manejas tu propio auto adaptado, pero si hay que ir por la calle… ¿qué le pedirías a las autoridades?
Creo que el cambio es educar a la sociedad para poder entender las necesidades de una persona con discapacidad. En lo que son pistas y veredas se necesita mejorar. Las autoridades deberían acondicionarlas para ofrecer mayor accesibilidad para todos.
¿Cuál es tu reto más grande?
Ser campeón mundial ISA (International Surfi ng Association) en California, en marzo próximo, representando al Perú.
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