Este viernes 21 de junio inicia oficialmente la temporada de invierno y, con ella, llegan las bajas temperaturas y el aumento de la sensibilidad de las vías respiratorias y de los típicos síntomas de la rinitis alérgica como: congestión nasal, estornudos y picazón en la nariz u oídos.
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De acuerdo a cifras del Ministerio de Salud (MINSA), la rinitis alérgica es un diagnóstico asociado con un conjunto de síntomas que vulneran la nariz y afecta al 25% de los limeños. Además de la carga hereditaria y la propia anatomía de la nariz, elementos como la contaminación, humedad, polvo y las bajas temperaturas, aumentan su incidencia. A esto, se le debe sumar la mala ventilación de los espacios, los ácaros del polvo y la humedad de los hogares.
Para evitar que el cambio de clima nos afecte con este problema respiratorio, el otorrinolaringólogo de Sanofi, Carlos Francia nos da algunas recomendaciones.
1. Ventila las habitaciones de la casa: Se sugiere airear los espacios cuando las personas que padecen este tipo de alergias no estén presentes.
Hacer esto con frecuencia hará que disminuya la humedad y evitará que los ácaros u otros alérgenos se proliferen, pues estos organismos microscópicos se multiplican en ambientes con temperaturas superiores a los 20°C y con más de 70% de humedad.
2. Visita a tu médico tratante: Muchas veces evitamos ir al médico por cuestión de tiempo, disponibilidad o negación a los medicamentos.
Sin embargo, el médico tratante está en disposición de asesorar en el uso de pastillas que no produzcan sueño o algún otro tipo de eventos adversos, y además que controlen los síntomas de las alergias.
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3. Limpia correctamente: Cuando realices la limpieza del hogar, oficina u otro espacio, es preferible que aspires en lugar de barrer, para evitar levantar el polvo. En caso haya demasiada suciedad, se sugiere utilizar aspiradoras con filtro de agua o trapeadores húmedos, ya que su sistema atrapa mejor los ácaros.
**4. Cambia y lava la ropa de cama: **Es recomendable que las sábanas, fundas de almohada, colchas y edredones, se cambien una vez a la semana. Además, se aconseja lavar los linos con agua caliente y asegurar que estén totalmente secos y aireados antes de guardarlos.
Por otra parte, se recomienda el uso de telas, fundas y protectores anti-ácaros en la lencería de cama para disminuir al máximo su proliferación.