A diario somos exigentes en el trabajo . Ser ambiciosos es positivo, pero pretender ser perfectos para desarrollar proyectos podría no ser tan bueno. Y es que creer que podemos lograr todo sin equivocarnos, nos puede llevar a niveles de ansiedad y estrés inimaginables que tarde o temprano perjudicarán nuestra salud.
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A pesar de que en algunos casos, el perfeccionista es considerado como alguien eficaz porque cubre muchas expectativas, lo cierto es que podría tener serios problemas en su centro laboral y, ¿por qué no?, en su vida personal.
Heather R. Morgan, fundadora de SalesFolk, compañía que ayuda a centenares de empresas a revitalizar sus estrategias de prospección de ventas, escribió un artículo en Inc. donde describe cómo la perfección le impidió seguir creciendo profesionalmente.
Las entrevistas de trabajo con jóvenes ambiciosos, quienes salieron de sus universidades con honores, son un ejemplo claro, dijo. “Cuando se les pregunte cuál es su falla más grande, contestarán con aire de suficiencia: perfeccionismo, como si fuera una especie de respuesta engañosa que les evita decir algo negativo sobre ellos mismos, ya que realmente se esfuerzan por lograr la perfección”.
Para ella, la persona que se considera perfeccionista es alguien neurótica que sólo tendrá un camino de infelicidad y odio hacia sí misma en caso no logre cumplir los objetivos que se traza. Por tal motivo, dio algunas razones por las que la perfección es considerada una de las peores enemigas en diversos aspectos de nuestra vida.
1. Disminución de los rendimientos marginales
Por más que un perfeccionista trabaje para obtener niveles óptimos en el proyecto que ha emprendido, si el resultado es “bastante bueno” o “excelente”, la diferencia no se notará. Es decir, por más tiempo y energía adicionales que le dedique a una actividad, no dará los frutos esperados por usted si es que no califican como “lo máximo” lo que hizo.
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2. Tiene un costo de oportunidad
Si su único fin es lograr la perfección en alguna tarea, cuyo rendimiento llegaría a ser marginal, por qué no piensa ¿qué otra cosa podría estar haciendo si no estuviera ocupado buscando la perfección? Es mejor pensar en dedicar sus esfuerzos a varias cosas productivas, en lugar de obsesionarse con una que quizás jamás termine.
3. La perfección es la dilación disfrazada
Por más que uno quiera entregar un trabajo bien hecho, si usted es perfeccionista, al margen de la profesión que tenga, nunca terminará el proyecto que le fue asignado porque siempre encontrará detalles que le hagan demorar y sabotearse para avanzar.
4. Nunca será feliz
No importa cuánto logre, jamás estará satisfecho de sus logros porque siempre pensará que pudo haber hecho más. Una persona perfeccionista nunca logra ser feliz porque está pendiente de que todo lo que realice sea perfecto y si en caso no lo consigue, a pesar de que el trabajo sea bueno, se sentirá frustrado y se castigará.
5. Lo perfecto es relativo
Mientras que para unos, algunas cosas son horribles, para otros pueden llegar a ser maravillosas, explica la especialista, quien con esto trata de explicar que por más que busque perfeccionar un trabajo, quizás para el resto, éste ya se encuentre listo para presentarse porque lo califica de excelente. Por tal motivo, aconseja no ser tan obsesionado con el perfeccionismo.