En otro artículo enfocábamos el tema de los tríos y las orgías, pero hoy queremos ir a las consecuencias de esta práctica tan extendida en el mundo, aunque no lo crea.
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1)Hacer el amor no es beberse un vaso de agua. Al hacer el amor se mueven fuerzas profundas desde el punto de vista emocional que pueden darle un giro a tu vida. No es un juego. He visto mujeres y hombres suicidarse o matar por estas fuerzas con la que jugamos y que difícilmente controlamos: pasión, deseo, enamoramiento, celos, el sentir que ese ser humano nos pertenece y un gran etc. Se han perdido reinos y guerras por esas fuerzas que son hermosas, pero algunas veces letales. La pareja es la relación más importante que podemos tener, perderla puede disparar ansiedad de separación, depresión, violencia intrafamiliar, entre muchas otras lindezas. Recuerde: ¡no es lo mismo llamar al diablo que verlo llegar!
2)El vínculo de afecto, la intimidad, las emociones son fundamentales para un sexo de fuegos artificiales, sexo gourmet.
Lo demás es sexo físico, masturbación entre dos, mecánico y divorciado de la afectividad, por lo que pierde su magia, su posibilidad de llevarte al éxtasis… Eso no es hacer el amor, y el que nunca lo ha vivido, no sabe lo que es visitar el cielo. No veo cómo crear eso en un trío, en una orgía o un intercambio de parejas. Eso es sexo no relacional. Es entregarse a un extraño. ¡Qué contradicción, porque ese sexo no conoce la palabra entregarse, es realmente huir a la intimidad, a la relación profunda y de calidad, con otro ser humano!
3) La sexualidad es comunicación, y de la buena, comunicación no verbal. Esa no sabe mentir, no la podemos controlar, es permitir a nuestro cuerpo hablar, dejar salir ternura, deseo, pasión, una inmensa y profunda comunión en el momento del orgasmo, sentirse totalmente unido al otro, ser uno con el otro. Como bien dicen los psicoanalistas, es volver a esa unión perfecta que tuvimos con mamá en su útero, algo que siempre anhelamos, donde todos queremos volver. ¿Se puede tener eso teniendo sexo con dos o tres personas a la vez? Definitivamente, no.
Las consecuencias de esta conducta irresponsable, un hijo por ejemplo… ¿quién sería el padre si tuve sexo con tres la noche anterior? Una infección de transmisión sexual, la culpa, la sensación de haber sido usado, sentirse ‘un objeto en vez de un sujeto’, etc. Meter a otros en la cama solo habla de miedo a la intimidad y al compromiso. También habla de inmadurez y falta de respeto a tu pareja.
Concluyendo: no lo recomiendo, no funciona y solo causa celos, divorcios, infidelidades y en muchos casos la muerte. Más de una paciente mía que accedió a ir a la cama con ‘otros’, mientras su marido la miraba, tuvo que salir corriendo, cuando el mismo marido que se lo pidió intentó matarla por un arranque de celos. Piénselo.
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www.nancyalvarez.com
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