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Año Nuevo Chino: Leones orientales llenaron de alegría, color y suerte la tradicional calle Capón

Lechugas fueron colocadas en las puertas de los negocios donde se escondía un sobre rojo con alguna ofrenda, mientras que danzarines chinos hicieron mil y un malabares para alcanzarlas. Ambulantes hicieron su agosto en la bienvenida al ‘Año del Cerdo’.

Por Kenyi Coba

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El retumbe del gong dio inicio a la más grande expresión China en Lima, donde dragones y leones despiertan de un largo sueño para salir a las calles y darle la bienvenida al Año Nuevo Chino , el cual en esta oportunidad tiene como protagonista al cerdo.

Las coloridas criaturas salieron del mítico templo chino Kuan Kung, situado en la cuadra nueve del jirón Huanta, en el Centro de Lima, donde recibieron la venia de Liu Bei, Guan Yu y Zhang Fei (los soldados orientales más importantes para los chinos) para llenar las calles limeñas con su alegría, misticismo y suerte.

“Los dragones y leones no pueden salir así nomás, tienen que pedirle permiso a los dioses para que su danza esté autorizada, antes fueron despertados al son del gong y los cohetecillos”, cuenta Jorge Cáceres, director de la Sociedad Chung Shan, una de las escuelas que posee a estos curiosos animales legendarios.

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El tambor marcaba el paso de todos los danzarines. (Foto: Renzo Salazar)

El tambor marcaba el paso de todos los danzarines. (Foto: Renzo Salazar)

Con el permiso divino, arrancó el derroche de júbilo entre transeúntes, familiares de los danzarines, curiosos y dueños de negocios aledaños que esperan con ansias la llegada de los leones a la puerta de sus locales instalados en los alrededores del conocido ‘Barrio chino’.

“Siempre son tres leones los que salen a las calles. Ellos simbolizan a los soldados (Liu Bei, Guan Yu y Zhang Fei) y visitan aquellos establecimientos que colgaron una lechuga en la puerta para que se alimenten. La tradición es que junto a la lechuga, el dueño del negocio deje un sobre rojo donde colocó una ofrenda para ellos”, añade el maestro Cáceres.

Chifas, librerías, farmacias, galerías, son algunos de los establecimientos que colocaron sus ofrendas para los leones quienes no se detuvieron durante las más de cinco horas que duró el recorrido, pero sobre todo, no se amilanaron ante el inclemente sol ni el infernar tráfico que se generó en la zona.

Los leones ingresaron a los locales de Capón para contagiarlos de suerte y felicidad. (Foto: Renzo Salazar)

Los leones ingresaron a los locales de Capón para contagiarlos de suerte y felicidad. (Foto: Renzo Salazar)

«El entrenamiento que recibimos nos enseña a tener concentración, con ello podemos controlar la sensación de calor y danzar sin ningún problema. Todo es cuestión de práctica», indica Carolina, una discípula de la escuela mientras toma un sorbo de agua.

El paso firme de estos leones vegetarianos es marcado por el gong, los platillos y el tambor, este último era tocado por un niño de 6 años, quien en ningún momento dejó su instrumento musical. “Me gusta, es divertido”, detalló escuetamente el pequeño quien no quiso decirnos su nombre, pero a su corta edad demostró ser todo un ‘guerrero’.

Las lechugas, hortaliza preferida de estos felinos orientales, eran colocadas en las puertas de todos los negocios, incluso estaban a una altura considerada obligando a los danzarines a treparse uno sobre otro y levantar la cabeza del león para poder alcanzarlas. Un espectáculo inigualable.

Amuletos de la suerte

Provistos de ramas de bambú, los transeúntes aprovecharon para tocar a los leones, pues la creencia señala que si son agarrados transmitirán toda su suerte y bienestar a esa persona afortunada.

“Al igual que la ruda, el bambú te da suerte. Es muy milagroso y la gente cree en él”, cuenta Juana Guzmán, una vendedora ambulante.

Ramas de bambú y flores maracas eran vendidas como pan caliente. Según la creencia, son portadoras de buenasnuevas. (Foto: Renzo Salazar)

Ramas de bambú y flores maracas eran vendidas como pan caliente. Según la creencia, son portadoras de buenasnuevas. (Foto: Renzo Salazar)

Entre la multitud que esperaba ser bendecida por algún león, estaba doña Silvia, una mujer que llegó desde San Juan de Lurigancho junto a su esposo para apreciar el pasacalle, pero sobre todo tener la dicha de coger a algún felino hecho de papel y bambú.

“Le tengo fe y espero que me ayude a sanar. Todos los años vengo”, dijo el ama de casa mientras cargaba su amuleto chino y ramita de bambú para la suerte.

Incluso, libritos del horóscopo chino eran vendidos como pan caliente a 1 sol. Los asistentes a la calle Capón buscaban su signo para saber qué les deparaba el futuro en los próximos meses.

Esto demostró que el peruano es muy supersticioso, pues los módulos instalados en la calle Capón donde se ofrecen productos esotéricos orientales, lucían abarrotados de personas en busca de algún talismán.

Este curioso personajes, que desea mantenerse en el anonimato, ofrecía el horóscopo chino a 1 sol. (Foto: Renzo Salazar)

Este curioso personajes, que desea mantenerse en el anonimato, ofrecía el horóscopo chino a 1 sol. (Foto: Renzo Salazar)

**Ingenio peruano**

Otras de las curiosidades que llamaron la atención en el ‘Barrio chino’, eran las famosas galletas de la suerte que uno mismo podría comprar por un sol y así, descubrir qué mensaje de buenaventura tiene para nosotros.

Mientras los leones danzaban y comían lechugas por todo Capón, los ambulantes no perdieron oportunidad de hacer negocio ofreciendo alcancías en forma de curiosos y dorados chanchitos, en honor al animal del zodiaco chino que es el embajador de este año lunar.

La lechuga es el alimento favorito de los leones que recorrieron todo el Barrio Chino. (Foto: Renzo Salazar)

La lechuga es el alimento favorito de los leones que recorrieron todo el Barrio Chino. (Foto: Renzo Salazar)

Tras un intenso recorrido y un tráfico, los leones regresaron a su guarida hasta el próximo año donde volverán a las calles para contagiarlas de su alegría, pero sobre todo para darle la bienvenida al Año de la Rata.

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