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La historia del cojo al que le creció la pierna: ¿un milagro de la Virgen o un timo?

Un choque entre la fe y el aprovechamiento.

El milagro del cojo de Calanda
El milagro del cojo de Calanda Pintura

En la historia del Cristianismo son miles, millones los milagros certificados por la Iglesia o por la tradición. Desde las resurrecciones hasta el retorno de sentidos como la vista, caminatas sobre el agua, levitaciones, cuerpos incorruptos, llantos de estatuas y voces desde el más allá, todo esto ha forjado la fe a lo largo de los siglos.

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Aunque muchos de estos eventos tienen explicación científica, otros son sencillamente inentendibles. De allí a que se trasladen directamente a la voluntad de Dios.

No obstante, existen hechos que son directamente producto del fraude. Un timo. La labor de los científicos está en desvelarlos, para evitar que la gente caiga en manipulaciones.

Virgen del Pilar de Zaragoza
Virgen del Pilar de Zaragoza Escultura

Hay un suceso histórico ocurrido en España, durante el siglo XVII, en el que un cojo dijo que le había crecido la pierna. Le atribuyó el milagro a la Virgen del Pilar, patrona de la nación. Pero con el paso del tiempo, investigadores revelaron que todo fue un fraude.

Es la historia del milagro del cojo de Calanda.

La versión de la Iglesia Católica sobre el cojo al que le creció la pierna cortada

Vamos primero con el hecho que generó la cojera. Miguel Juan Pellicer, nacido en Calanda, Teruel, sufrió un accidente laboral en 1637. Cayó al suelo, le pasó una de las ruedas del carro de su tío sobre el tobillo derecho y tuvieron que amputarle parte de la pierna, ante la gangrena que aparecía.

Le serrucharon la pierna y la enterraron en el cementerio del hospital de Zaragoza.

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Pellicer pasó dos años y medio pidiendo limosna en la puerta de la Iglesia del Pilar, llegando incluso a untarse el muñón con el aceite de la lámpara de la Virgen, hasta que un día sus padres notaron que ¡tenía la pierna!

Era la misma que le habían amputado, con cicatrices de la niñez y la lesión cerca del tobillo derecho, producto de la rueda del carro.

Luego se comprobaría que la pierna enterrada en el cementerio del hospital no estaba. La Iglesia Católica consideró que había sido un milagro de la Virgen del Pilar, y así quedó registrado en actas.

“La fama de este portento”, escribe el portal Catholic, “resistente a toda crítica histórica, absolutamente riguroso, se extendió por todo el mundo y contribuyó no poco a difundir la existencia del Pilar de Zaragoza y la devoción pilarista, principalmente en los países hispanoamericanos”.

La versión científica del evento

Pero, ¿ocurrió un verdadero milagro o todo fue producto de un fraude? Miguel Ángel Sabadell, de Muy Interesante, lo explica.

Lo primero es que, leyendo el acta del proceso, nadie vio cómo le cortaban la pierna. El cirujano al que se le atribuye el hecho ni siquiera estuvo durante la operación.

Ese día le amputaron la pierna a un paciente, pero no fue Pellicer. ¿Qué ocurrió con su pierna? Nunca se la cortaron, sino que le quedó fracturada, curándose con el paso del tiempo.

Nadie había notado que tenía aún la pierna, y Pellicer solo usaba un apoyo extra. “El milagro sucedió cuando las circunstancias le obligaron a dormir en el dormitorio de sus padres”, relata Sabadell, “que son los que lo descubren”.

“Cuando su madre descubre la pierna, lo primero que hace Miguel no es sorprenderse, sino coger la mano de su padre y pedirle perdón”, agrega. Como si hubiese sido descubierto el timo.

¿Y la pierna que desapareció del cementerio? Posiblemente se la llevaron personas cercanas a Pellicer.

El milagro del cojo de Calanda
El milagro del cojo de Calanda Pintura

La Iglesia certifica el “milagro” para ayudar que aumente el flujo de peregrinos a Zaragoza, para visitar a la Virgen del Pilar.

Y, de hecho, durante todo ese tiempo Pellicer siguió pidiendo limosna. Moriría unos años más tarde, presuntamente por causas naturales.

Antonio Gascón Ricao, en el portal Ser Histórico, publica el reportaje El fraude del milagro de Calanda al descubierto, donde explica con todo detalle no solo el hecho, sino la exhumación de los restos de Pellicer en el siglo XX… demostrando que nunca había perdido la pierna derecha.

Pasados siglos desde el evento, todavía en la actualidad muchos lo defienden como un milagro (basta ver los comentarios al texto de Gascón Ricao). Sin embargo, allí está la ciencia, poniendo la luz.

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